El Fondo Monetario Internacional comenzó este sábado el yuan de China a la cesta de monedas que la entidad utiliza como medidas de valor junto con el dólar, el euro, el yen y la libra esterlina. La decisión coloca a la economía china en el club de los países con monedas de reserva.

China, cuya economía creció en las últimas décadas hasta convertirse en la segunda mayor del mundo, ha buscado por largo tiempo convertir al yuan en una moneda de reserva mundial. Basándose en una recomendación de analistas dentro del FMI, la junta ejecutiva de la entidad había ya decidido en noviembre de 2015 que el yuan cumplía con todos los criterios para ser incluido en la cesta.

La cesta, un promedio diario ponderado de las tasas de cambio del mercado de los ahora cinco monedas, es más estable que cualquiera de las principales monedas individuales por sí mismas. El mencionado promedio se utiliza como una medida del valor de derechos especiales de giro del FMI para cuantificar la cantidad de moneda de reserva que cada uno de los 188 países miembro pueden pedir en caso de problemas en la balanza de pagos.

Entra con fuerza

La moneda china representará un 10,9% de la cesta del FMI, por encima de la británica libra esterlina (8,1%) o del yen japonés (8,33%). El dólar y el euro seguirán teniendo un papel hegemónico, con un 41,73% y un 30,93%, respectivamente. El yuan es la primera moneda que se añade a la cesta desde que ésta fue establecida en 1969, aunque el euro reemplazó al marco alemán y al marco francés, y la primera también de un país emergente.

La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, destacó que la inclusión del yuan es un reconocimiento a los pasos dados por China para desvincularse del control de su moneda y la liberalización de su sistema financiero. "También refleja la evolución de la economía global. El Fondo juega un papel importante en este proceso evolutivo y la inclusión de yuan en la cesta de los DEG demuestra que el Fondo está listo para adaptarse a los cambios", dijo. 

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