Miles de vietnamitas intentaban encontrar un espacio para hacerse un selfie o estirar su toalla durante el fin de semana en una de las playas más populares del norte de Vietnam, donde se aumentó la vigilancia ante la preocupación por la gran afluencia.

Sam Son, en la provincia de Thanh Hoa, ha sido tradicionalmente un destino obligado con su costa de arena blanca y sus aguas azules.

Pero su belleza es a la vez una bendición y una maldición. Era tal la multitud que la gran mayoría no tenía donde tumbarse a tomar el sol en esta playa de 16 kilómetros de largo.

"Hoy hay demasiados turistas", dijo Le Huu Mui, de 80 años, de visita con su familia.

La última vez que estuvo en Sam Son fue hace cinco años y quedó impactado con la diferencia. "Hay que empujarse en la playa lo que lo hace menos cómodo que años atrás".

El sábado, podían verse parejas sacándose selfies en frente de elaborados castillos de arena. Pero no todos estaban tan relajados. 

"Tenemos que vigilarlo todo", declaró un socorrista, Nguyen Huu Linh, de 41 años. "Algunos turistas no nos escuchan", agregó.

Dao Quyet Tien, que visita con frecuencia esta playa, notó como con tanta asistencia empeora el agua. "Algunas veces [...] el agua estaba más sucia. No es cómodo para nadar", declaro. 

Pero admite que hay un lado positivo. "Con la playa tan concurrida, puedo conocer nuevas personas [...] Es lo que me gusta de esto", confesó el joven de 27 años.

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