AFP

A tres meses de las elecciones presidenciales en Francia, el Partido Socialista gobernante y sus aliados celebran este domingo la primera vuelta de sus primarias para elegir a un candidato al Elíseo que frene el ascenso de la derecha y de la extrema derecha.

En total, 7.530 mesas de votación abrieron a las 09.00 en Francia metropolitana. Los territorios de ultramar comenzaron a votar el sábado.

De los siete aspirantes a la nominación socialista destaca un trío, compuesto por el ex primer ministro Manuel Valls, quien se lanzó a la contienda tras la decisión del impopular presidente François Hollande de renunciar a buscar la reelección, y dos exministros apartados del gobierno en 2014 por oponerse abiertamente a las decisiones económicas del ejecutivo, Arnaud Montebourg y Benoît Hamon.

Los dos candidatos que consigan el mayor número de votos pasarán a una segunda vuelta el domingo 29 de enero.

No obstante, todas las encuestas de opinión aseguran que cualquiera de los candidatos socialistas sería eliminado en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de abril. 

Los sondeos predicen una pugna entre el ex primer ministro conservador François Fillon, la líder de extrema derecha Marine Le Pen y el exministro de Economía Emmanuel Macron.

Un duelo Fillon-Le Pen en mayo en las segunda vuelta parece por ahora el escenario más probable.

Movilizar a electores desencantados

Los organizadores de las primarias esperan que una fuerte movilización del electorado dé un impulso al candidato socialista en la carrera presidencial.

El presidente del comité nacional que organiza las primarias (CNOP), Christophe Borgel, apunta a una movilización de al menos 1,5 millones de personas, menos de los 2,7 millones de votantes de las primarias socialistas de 2011, cuando los militantes designaron como su candidato a François Hollande.

Y muy lejos de los más de cuatro millones de electores de las primarias de la derecha de noviembre que coronaron a Fillon como candidato de la derecha.

En sus últimos mítines, los aspirantes buscaron movilizar a una izquierda desencantada y fracturada tras la gestión de François Hollande, el presidente más impopular de las últimas décadas.

Valls, en mitin en París el viernes, criticó "las falsas promesas" de sus contrincantes. "La izquierda gana cuando es realista", proclamó, en alusión a la medida central de Hamon, la creación de un renta básica de 750 euros para todos los franceses.

Miembro del ala derecha del Partido Socialista, Valls, nacido en España y naturalizado francés a los 20 años, se considera como el único capaz de evitar que los conservadores regresen al poder en mayo o que la derecha populista de Le Pen se alce con el poder, reforzada tras la inesperada victoria de Donald Trump en Estados Unidos.

Por su parte, Montebourg, un defensor del proteccionismo económico que disputa a Hamon el pase a la segunda vuelta de las primarias, fustigó en Marsella (sur) las promesas no cumplidas, según él, por Hollande, sobre todo en cuanto a las políticas de austeridad, y estimó que esto podría conducir a la elección de Le Pen.

Los otros cuatro candidatos que compiten en estas primarias, aunque con muy pocas opciones, son el ex ministro de Educación Vincent Peillon, el ecologista François de Rugy, el ex eurodiputado Jean-Luc Bennahmias y la candidata de la izquierda radical Sylvia Pinel.

Todos los franceses inscritos en las listas electorales pueden votar este domingo, con la condición de pagar un euro y firmar una declaración de adhesión a los valores de la izquierda.

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