George Weah es considerado el mejor futbolista africano de la historia. En 1995, inclusive, consiguió el Balón de Oro, el primero para un jugador fuera de Europa. Sus dotes como delantero le permitieron brillar en el Mónaco, el PSG y, especialmente, en el Milan.

Cuando se retiró, en 2003 -luego de pasar también por Chelsea, Manchester City, Olympique de Marsella y Al Jazira-, tenía muy claro que su objetivo en la vida no era continuar ligado al fútbol, sino que quería involucrarse en la política de su país: Liberia, una pequeña nación del oeste de África, de 4,5 millones de habitantes, que alguna vez fue colonia de Estados Unidos.

Dos años después, una vez concluida su segunda guerra civil, formó el partido Congreso para el Cambio Democrático y se postuló a la presidencia. Perdió ante Ellen Johnson Sirleaf, quien en 2011 ganaría el Nobel de la Paz, desconoció los resultados y alegó fraude. No logró cambiar nada.

Luego, en 2014, fue elegido senador con una abrumadora mayoría en el condado de Monserrado. Consiguió el 78 por ciento de los sufragios y se convirtió en el primer deportistas de su país en ostentar un cargo de elección popular.

Este año, va de nuevo por el sillón presidencial.

El martes era uno de los 20 nombres que aparecían en la papeleta para elegir al nuevo mandatario de un país ahora golpeado por la crisis del ébola, que en 2014 mató a cinco mil personas, y por los 150 mil desplazados por la guerra civil.

Las votaciones se desarrollaron con normalidad, pero el Colegio Electoral ya anunció que los resultados definitivos se conocerán recién el 25 de octubre.

Weah no era el favorito de las encuestas, sitial que le cabía al actual vicepresidente Joseph Boakai. Sin embargo, los medios están dando al ex futbolista como el virtual ganador del plebiscito.

En la antesala, el ex jugador de 51 años aseguró desafiante: "No aceptaré nada, sino la victoria". 

Se trata de un proceso particular, pues por primera vez desde 1943 que Liberia tendrá dos presidentes seguidos gracias a una votación.

Publicidad