AFP

Unos doscientos colegas y familiares del periodista mexicano asesinado Javier Valdez lo homenajearon este sábado en una agridulce velada en Ciudad de México, mientras en su estado natal de Sinaloa hubo protestas contra la impunidad que sigue marcando su crimen cometido hace dos meses.

En el acto organizado por la ONG francesa Reporteros Sin Fronteras en la capital mexicana, sus allegados reconocieron no haber digerido la tragedia: a plena luz del día del 15 de mayo, el reportero de 50 años fue muerto a balazos en las calles de Culiacán -capital de Sinaloa-, cerca de las instalaciones del semanario que fundó.

Sus compañeros contaron durante la reunión el temor que sienten cotidianamente de que algo parecido pueda ocurrirles.

El homicidio de Valdez, un reconocido y laureado reportero especializado en crimen organizado y narcotráfico, "fue una conmoción gigante. Sentí a todos nosotros como increíblemente vulnerables", comentó Guillermo Osorno, periodista y director del portal Horizontal.

El único consuelo, dijo, es "la idea de que no estamos solos, que podemos agruparnos y organizarnos. Ha sido fundamental".

En la abarrotada sala, en la que se encontraba la viuda de Valdez, Osorno recordó haber visto a su colega recibir el International Press Freedom Award del CPJ en 2011, en una ceremonia en la Universidad de Columbia donde todos estaban vestidos de esmoquin.

"Este es el sueño de todo estudiante latinoamericano ¿Cómo hizo este sinaloense para lograrlo?", se preguntó entre risas.

Indignación por impunidad 

Las autoridades no han revelado hasta ahora avances o pistas significativas para resolver el homicidio, que se suma a la lista de más de 100 reporteros asesinados en México desde 2000, según cifras de organizaciones de defensa de la libertad de expresión.

"Quiero encontrar nombres y apellidos", clamó la periodista y escritora Anabel Hernández durante el homenaje.

Pese a que un grupo de periodistas solicitó la versión pública de la investigación del caso Valdez, la fiscalía estatal se ha escudado en la aplicación del nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio -que exige reserva en cierta información, como los nombres de los detenidos- para evitar hablar del caso.

En Sinaloa (noroeste), cuna de grandes narcotraficantes de México, también cundió la indignación este sábado ante la falta de resultados por parte de las autoridades investigadoras del crimen.

Integrantes de la Asociación de Periodistas 7 de Junio pegaron calcomanías con la leyenda "Justicia" en las oficinas administrativas del gobierno estatal y, criticando lo que ellos consideran ineficacia y corrupción de las autoridades, bloquearon el paso de la fiscalía en Culiacán.

Las autoridades "solo dan evasivas, ningún avance, lo que estamos viendo es que ellos solo quieren ganar tiempo y dejar esto impune. Ya es demasiado tiempo, dos meses es mucho", dijo Alejandro Sicairos, dirigente de Asociación 7 de Junio.

Los estamos vigilando 

México, asolado por la violencia de las bandas del crimen organizado que en muchas ocasiones operan con la connivencia de autoridades corruptas, es uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo.

Según organismos defensores de la libertad de expresión, las autoridades federales, estatales y municipales son además señaladas de cometer 60% de las agresiones (amenazas, secuestros, golpizas) que sufren periodistas.

En lo que va del año, seis reporteros mexicanos han sido asesinados, así como un camarógrafo hondureño que buscaba refugio en México tras el homicidio en su país de un compañero.

Valdez era colaborador de la AFP desde hacía más de una década. Su último trabajo para esta agencia fue sobre la guerra interna entre varias facciones del cártel de Sinaloa desde la extradición del capo Joaquín "El Chapo" Guzmán a Estados Unidos.

Su muerte obligó al presidente Enrique Peña Nieto a comprometerse públicamente a dar "los recursos necesarios" para proteger a los periodistas.

A los que integran la cúpula política de México, "los estamos vigilando. Lo que necesitamos es resultados", aseguró Marcela Turati, una reconocida periodista que escribe para el semanario Proceso, durante el acto en la capital.

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