La organización defensora de derechos humanos Human Rights Watch publicó un informe en el que denuncia los castigos masivos a las que se somete en Chechenia a las personas homosexuales, bisexuales, transgénero o intersexuales. HRW fue más allá e instó a los países occidentales a ofrecerle acogida y reconocer como refugiados a aquellos perseguidos en la república rusa por su orientación sexual o su identidad de género. 

HRW asegura que el Kremlin "tiene el deber de llevar a la Justicia a los responsables de la violencia y proteger a todas las personas en Rusia”, independientemente de que pertenezcan o no a una minoría sexual. El informe titulado "Tienen brazos largos y pueden encontrarme" se basa en las entrevistas realizadas a varias víctimas de la campaña de persecución lanzada por las autoridades chechenas.

De la misma se supo a escala internacional cuando el periódico independiente "Nóvaya Gazeta" la denunció en abril de 2017. Según HRW, después de torturarlos en cárceles secretas y obligarles a delatar a otros homosexuales, se los entregaba a sus familias, instigándoles "indirectamente" a "cometer crímenes de honor". Las fuerzas de seguridad chechenas utilizan contra ellos tácticas represivas usadas antes contra terroristas y drogadictos.

En ocasiones, esos abusos fueron perpetrados por los guardias de dichas cárceles o por otros presos en presencia de altos funcionarios chechenos. Según HRW, en los últimos tiempos no se han producido nuevas desapariciones, pero el informe señala que varios hombres aún permanecen en custodia porque son gays o son percibidos como tales. Los homosexuales que permanecen en Chechenia viven en un clima de terror.

Aquellos que huyeron temen que las fuerzas de seguridad descubran su paradero y tomen represalias contra ellos y sus familias. "Tienen brazos largos y pueden encontrarme a mí y a los otros en cualquier lugar en Rusia. ¡Sólo dales tiempo!", comentó Magomed, una de las víctimas, a HRW. De su testimonio se derivó el título del estudio de HRW. El presidente ruso, Vladímir Putin, respaldó la investigación de los abusos sólo después de que la canciller alemana, Angela Merkel, le instara a principios de mayo en Sochi a tomar cartas en el asunto.

En un primer momento, el líder de Chechenia, Ramzán Kadírov, calificó las denuncias de "provocación" y "calumnias". Posteriormente dijo estar dispuesto a cooperar con las autoridades federales en la investigación. "No se puede detener o perseguir a quien simplemente no existe en la república. Si en Chechenia hubiera esa gente, los órganos de seguridad no tendrían que preocuparse de ellos, ya que sus propios familiares los enviarían a un lugar desde donde nunca regresarían", dijo en su momento Alví Karímov, portavoz de Kadírov.

Los testimonios de las víctimas hablan de apaleamientos, confinamientos en condiciones infrahumanas, torturas con descargas eléctricas, violaciones con botellas, desapariciones y muertes. (EFE)

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