AFP

El huracán Katia, debilitado a categoría 1 de la escala Saffir-Simpson, tocó tierra la noche del viernes en la costa este de México, que apenas se recupera del poderoso sismo de magnitud 8,2 registrado el jueves dejando más de 60 muertos.

Katia tocó tierra con vientos sostenidos de 120 km/h, un huracán categoría 1 luego de que durante el día había subido a 2 con 155 km/h, según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés).

"Katia está tocando tierra al norte de Tecolutla, México", a una velocidad de desplazamiento de 11 km/h en dirección oeste-suoeste, señaló el boletín de la madrugada de este sábado del NHC.

El Servicio Metereológico Mexicano advirtió de su lado que el cuerpo del huracán cubre "el norte y centro" del estado de Veracruz, donde queda Tecolutla, y el ojo se encontraba sobre la línea costera.

 Primer contacto con tierra

El gobierno declaró en alerta a la costa de Veracruz, al vecino Tamaulipas y a otros distritos del centro y este de país por los cuales Katia se desplazará en las próximas horas.

Se estima que más de 1 millón de personas podrían verse afectadas de distinta forma por el embate de Katia.

En Tecolutla, localidad costera de 8.000 habitantes, un equipo de AFP constató que al caer la noche,la lluvia y los vientos advertían la inminente llegada del fenómeno que amenaza con provocar intensas precipitaciones, que podrían producir golpes de agua en los caudalosos ríos de la zona.

Al llegar Katia, las calles de esta localidad estaban plagadas de árboles caídos, ramas y distintos objetos metálicos, mientras que en un albergue decenas de personas, incluidos niños, vivían con aire tranquilo el embate inicial del fenómeno.

Bartolomé Ramírez, un comerciante de 50 años, fue a refugiarse junto con su esposa pues vive a dos calles del mar.

En su casa "sonaban las láminas y todo, entraba el agua y mi señora me dijo vámonos. Dejamos (la casa) encadenada nada más", dijo Ramírez a la AFP en el albergue.

"Toda la tarde pasamos previniendo a la ciudadanía… pero la gente se resiste a salir hasta el momento de que ya la ven y es cuando empiezan a salir", dice Nancy Arroyo, síndico del municipio y responsable de los albergues.

Más temprano, unas cuantas personas se encontraban en la calle, pero eran exhortadas por militares y elementos de protección civil a volver a sus casas o ir a un refugio anticiclónico.

Durante el día, los habitantes protegieron sus casas, cubriendo puertas y ventanas con madera y desalojando objetos de sus techos que pudieran salir volando por la fuerza de los vientos.

Llamado a la calma

Los habitantes de Veracruz esperaban a Katia cuando apenas se recuperaban del poderoso sismo de la media noche registrado en la costa del sureño estado de Chiapas, pero que se sintió en gran parte de México.

El presidente Enrique Peña Nieto, quien se encontraba en el sur atendiendo la emergencia por el sismo, pidió a los habitantes de la costa del Golfo de México y del centro del país que "extremen precauciones" ante las fuertes lluvias.

"La entrada de Katia puede ser particularmente peligrosa en laderas afectadas por el sismo. Eviten estas zonas", escribió el mandatario en su cuenta de Twitter.

La mayor preocupación en la zona son las precipitaciones que se espera caigan en la sierra madre oriental y que provocan peligrosas e intempestivas crecidas de ríos.

Sumado al huracán, el sismo revivió trágicos recuerdos de 1999, cuando otro temblor sacudió la zona días antes de que el pueblo fuera inundado.

Los huracanes o tormentas tropicales golpean Veracruz al menos una vez por año, generando en ocasiones graves inundaciones y deslizamientos por su terreno montañoso y numerosos ríos.

Con vientos sostenidos de 120 km/h, Katia es un huracán cuatro veces menor que el gigantesco Irma, de categoría 5, que tocó tierra en Cuba la noche viernes, en su avance por el Caribe hacia Florida.

Katia es el tercer fenómeno ciclónico simultáneo en el océano Atlántico, junto con Irma y José, de categoría 4 y considerados catastróficos.

México es uno de los países más vulnerables al embate de huracanes, con al menos una decena al año.

Hace una semana, la tormenta tropical Lidia dejó siete muertos en el estado de Baja California (noroeste). 

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