El número de muertos tras el ataque el pasado domingo con un coche bomba en la capital de Irak, Bagdad, ha subido a 250, según informó el gobierno de dicho país.

Este atentado -que se atribuyó el autodenominado Estado Islámico- se ha convertido en el más sangriento de su tipo desde la invasión de Irak dirigida por Estados Unidos en 2003.

Antes de que el Ministerio de Sanidad iraquí actualizara las cifras, se estimaba que las víctimas mortales eran 165 y que los heridos superaban los 200.

El domingo, un camión cargado de explosivos fue detonado en el distrito de Karrada, mientras numerosas familias realizaban compras en el día festivo por la culminación del Ramadán, mes sagrado de ayuno, compasión y paciencia, que celebran los musulmanes.

Desde entonces, Irak se encuentra en luto oficial y en los alrededores de la destruida área se mantienen vigilias con velas para recordar a las víctimas y orar por la paz.

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