El líder de Corea del Norte, Kim Jong-Un arremetió en contra del K-Pop, el popular género musical de su vecino, Corea del Sur, que ha tenido un gran auge en estos últimos años en prácticamente todo el mundo.

El líder norcoreano describió a este género como "un cáncer vicioso" que está corrompiendo a los jóvenes norcoreanos, influenciando tanto su "apariencia, estilos de cabello, forma de hablar y comportamientos".

Según informó The New York Times, medios estatales de Corea del Norte advirtieron que si no se controla ahora el K-pop, provocará que Corea del Norte "se desmorone como una pared húmeda".

Este efecto es confirmado por un desertor, Jung Gwang Il, quien huyó de Corea del Norte y ahora ingresa K-pop al país por contrabando.

Éste explicó a la publicación norteamericana que "los jóvenes norcoreanos piensan que no le deben nada a Kim Jong Un. Él debe reafirmar su control ideológico entre los jóvenes si no quiere perder la base para el futuro del régimen dinástico de su familia".

 

 

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