La taekwondista, Kimia Alizadeh, única medallista olímpica de Irán, anunció este sábado que había abandonado definitivamente su país, al no poder más con la "hipocresía" de un sistema que, según ella, utiliza a sus deportistas con fines políticos y solo les "humilla".

"¿Empiezo con un hola, adiós o condolencias?", escribió la campeona en su cuenta de Instagram bajo el contexto que vive el país.

"Formo parte de los millones de mujeres oprimidas en Irán con las que han jugado desde hace años", señaló, "he llevado todo lo que me han dicho", añadió la medalla de bronce en los Juegos de Rio-2016, aludiendo al velo islámico, obligatorio para todas las mujeres en Irán, y especialmente en el deporte.

"He repetido todo lo que me han obligado a decir, ninguna de nosotras les importa", añadió.

Criticando la "hipocresía", la "mentira" y la "injusticia" que imperan en su opinión en el sistema político iraní, Alizadeh asegura que no quiere nada más que "el taekwondo, la seguridad y una vida feliz y sana".

"Nadie me ha invitado a Europa", escribió, sin precisar dónde se encuentra.

 

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