Fieles con mascarilla y cintas de demarcación en el piso. La Explanada de las Mezquitas reabrió este domingo tras dos meses de cierre a causa del coronavirus, al día siguiente de la muerte de un palestino que ha suscitado una viva emoción.

En la noche fresca y ventosa, decenas de musulmanes se congregaron frente a una de las gigantescas puertas de madera del recinto para entrar al lugar poco después de las 03H00 (00H00 GMT), incluso antes de la llamada a la oración, constató una periodista de la AFP.

"Dios es grande, protegeremos Al Aqsa con nuestra alma y nuestra sangre", cantaban a la entrada los fieles que fueron recibidos por el director de la mezquita Al Aqsa, Omar Kiswani, que les felicitó por su paciencia.

Conocido como Haram al-Sharif --"Noble santuario"-- por los musulmanes y Monte del Templo por los judíos, la Explanada de las Mezquitas alberga el Domo de la Roca y la mezquita Al Aqsa, que está administrada por el Waqf de Jerusalén, un organismo dependiente de Jordania.

El Domo de la Roca y la Mezquita Al Aqsa también abrieron a los fieles el domingo por la mañana tras haber permanecido cerrados desde mediados de marzo por las autoridades religiosas para frenar la propagación del nuevo coronavirus en Jerusalén, cuya parte oriental está ocupada y anexada por Israel desde 1967.

La Explanada de las Mezquitas, tercer lugar santo en importancia del islam y primero fuera de Arabia Saudita, había cerrado al público a mediados de marzo, al inicio de la crisis de covid-19 en los Territorios palestinos y en Israel.

Desde entonces, Israel registró más de 17.000 casos de nuevo coronavirus en su población de cerca de nueve millones de personas y 284 muertos. En el lado palestino, se confirmaron menos de 500 casos en Cisjordania y Gaza y 3 muertos para una población de cinco millones de habitantes.

Durante las últimas 10 semanas, los muecines llamaron a los fieles a la oración, pero en sus casas, incluso durante los meses del mes santo del ramadán que terminó la semana pasada.

"Al final del llamado a la oración, digo 'ahora recen en sus casas' y me rompe el corazón", dijo a la AFP Firas al-Kazaz, uno de los muecines de Al-Aqsa cuya familia ha transmitido esta función desde hace más de 500 años.

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