Con la fe de que Julen está con vida y será rescatado, se mantienen los padres del niño de dos años y medio que el domingo cayó a un pozo de 100 metros de profundidad al sur de España. El rescate, ha movilizado a los equipos de emergencia y a expertos de todas partes del mundo que han ofrecido ayuda para lograr sacar al niño de ese lugar.

Incluso, la empresa que localizó a los mineros atrapados en la mina San José, en 2010, buscará al niño.

"Tenemos un ángel que va a ayudar a que mi hijo salga vivo de ahí lo antes posible", señaló a los medios españoles el padre del niño, José Rosello, haciendo referencia así a la dura historia familiar que vive junto a su esposa Victoria.

Fue durante la primavera de 2017 que la pareja perdió a su hijo mayor, Óliver, en ese entonces de tres años, quien paseando por la playa junto a ellos simplemente falleció de forma repentina.

Por eso, lo ocurrido ahora con Julen, casi de la misma edad que Óliver, los ha afectado el doble. "Está siendo (el rescate) eterno, mi mujer está rota. Estamos muertos", agregó el padre del niño devastado ante la prensa.

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A esto agrega un pedido desesperado: "Por desgracia, la maquinaria que tenemos ahora no la tuvimos en el primer momento (...) No paremos hasta que saquemos al niño de ahí dentro".

Restos de pelo

Durante este miércoles además se confirmó que se encontraron restos biológicos del niño al interior del pozo, correspondientes a pelo del menor, los que fueron contrastados con el ADN de los padres y de la mamadera del menor.

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"Sigo conservando la esperanza de que mi hijo siga vivo. Estoy viendo un poco de luz", dijo el padre al terminar la conferencia de prensa que dio ayer, guardando la esperanza de no perder a un segundo hijo de forma trágica.

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