Era un oficial modelo del ejército surcoreano, productivo y apasionado. Pero con una vida escondida: era gay, algo que pretendía no revelar nunca a su familia, y tenía una relación con otro militar.

Los dos oficiales se daban cita en secreto tras el trabajo fuera de su base militar.

Corea del Sur es una sociedad conservadora y la única economía avanzada del mundo en la que las relaciones sexuales consentidas entre dos hombres son un delito según la ley militar.

Pero todos los surcoreanos están obligados a servir durante casi dos años en las fuerzas armadas, para defender su país contra las amenazas norcoreanas.

En el Sur, el servicio militar obligatorio se considera un deber patriótico y no realizarlo puede conllevar estigmas duraderos, con repercusiones en el estatuto social o las perspectivas de empleo, entre otros.

Al ser descubierto e inculpado, el oficial se enfrentaba potencialmente a una triple humillación: una condena penal, una exclusión del ejército por indignidad y una salida del armario obligada de cara a sus padres, a los que describe como "cristianos conservadores y devotos".

"Trabajaba muy duro como oficial pero eso no se tuvo en cuenta cuando me convertí en sospechoso", cuenta a la AFP el exrecluta, de 27 años, bajo condición de anonimato. "Había días en los que quería morir".

Actualmente, una de las más altas jurisdicciones se dispone a examinar este tipo de situaciones.

"Caza de brujas" 

En Corea del Sur, las relaciones sexuales entre civiles del mismo sexo son legales, pero los gays, lesbianas y transexuales son discretos, en una sociedad conservadora influida por los cristianos evangélicos.

En virtud del artículo 92.6 del código penal militar, los soldados que mantienen relaciones homosexuales se enfrentan a dos años de cárcel y trabajos forzados sin son condenados por un tribunal marcial.

El oficial fue detenido junto a otros 21 soldados tras una investigación en 2017. En el marco de sus pesquisas, los investigadores obligaron a los "sospechosos" a enviar mensajes a usuarios de aplicaciones de citas para dar con otros soldados gais, según el Centro de Derechos Humanos en el Ejército (CDHE), una organización de Seúl que acusa a las fuerzas armadas de librar una "caza de brujas".

Según el CDHE, tres oficiales de la Marina son investigados actualmente por violación del artículo 92.6. Uno de ellos reveló su orientación a un consejero militar, que lo denunció.

"El hecho de que un terapeuta militar haya revelado la orientación sexual del soldado sin su consentimiento dice mucho sobre los derechos humanos en el seno de las fuerzas armadas surcoreanas", considera Lim Tae-hoon, director del CDHE.

La marina explica que la investigación fue conforme a las disposiciones del código penal militar y ordenada por el ministerio de Defensa.

"Existencia negada"

Las autoridades consideran que la prohibición de la sodomía en el código penal militar "es necesaria para el mantenimiento de hábitos de vida saludables y de la disciplina en el seno del ejército", indicó un portavoz del ministerio de Defensa a la AFP.

La cuestión de las relaciones homosexuales de los soldados es controvertida en todo el mundo. En el ejército estadounidense estuvieron prohibidas hasta 2013.

En 2018, India abolió una prohibición de las relaciones homosexuales de la época colonial. Pero el jefe de las fuerzas armadas indias, de las más importantes del mundo, dijo en enero que no serían toleradas en sus filas.

En Corea del Sur, 12 soldados de los detenidos en 2017 atacaron la cláusula 92.6 ante la Corte Constitucional. El oficial anónimo no es uno de ellos.

Desde que entró en vigor la ley, en 1962, se recurrió a esta Corte en tres ocasiones. En 2016 la mantuvo por cinco votos contra cuatro. La decisión fue criticada por organizaciones internacionales de derechos humanos, como Human Rights Watch, que calificó recientemente la ley de "mancha en el balance de los derechos humanos en el país".

El exrecluta anónimo fue declarado inocente por un tribunal civil el año pasado. Su caso pasó a esta jurisdicción cuando terminó su servicio militar.

Fue la primera vez que un soldado inculpado en virtud del artículo 92.6 era declarado inocente.

Pero la acusación apeló y el exrecluta espera ahora su segundo juicio, así como la decisión de la Corte Constitucional. Sigue ocultando su orientación sexual a sus padres y amigos más cercanos.

"Es como si toda mi existencia fuera negada", asegura.

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