El Domo de Runit, o más conocido como la "tumba nuclear", es un gran cráter tapado con hormigón en las Islas Marshall en el Océano Pacífico. Allí se pusieron los residuos de las pruebas nucleares realizadas por Estados Unidos durante la Guerra Fría.

El lugar se encuentra cubierto desde décadas por un armazón de concreto que impide el esparcimiento de partículas radioactivas y en 2013 se supo que la estructura presenta filtraciones.

Pero ahora la cosa se pondría peor, ya que el cambio climático afectaría en el entorno de este sector, haciendo que las aguas y tormentas pudieran abrir este gigante altamente radioactivo.

Así lo indica en su reportaje el diario estadounidense Los Angeles Times, donde se indica el grave peligro que significa el no darle atención a Runit. 

Por eso es que publican que "los funcionarios en las Islas Marshall han presionado al gobierno de los Estados Unidos para que los ayude, pero los funcionarios estadounidenses han declinado, diciendo que la cúpula está en tierra de las Islas Marshall y, por lo tanto, es responsabilidad del gobierno de las Islas Marshall".

Algo que es rechazado por parte de las autoridades locales, ya que Hilda Heine, presidenta de la República de las Islas Marshall, en entrevista con el medio estadounidense indica que "no lo queremos. No lo construimos. La basura adentro no es nuestra. Es de ellos (Estados Unidos)".

El territorio es independiente desde 1990, pero antes estuvo bajo la administración de los Estados Unidos.

Según especialistas como Michael Gerrard, de la facultad de Derecho de Columbia, "más que en cualquier otro lugar, las Islas Marshall son víctimas de las dos mayores amenazas que enfrenta la humanidad: las armas nucleares y el cambio climático". 

Y es que las mediciones y estudios realizados por LA Times, sostienen que en el sector se documentaron extensos blanqueamientos de corales, matanza de peces y floraciones de algas, así como brotes de enfermedades importantes que incluyen la epidemia de dengue más grande registrada en el país.

Con relación al cambio climático, el incremento de las mareas, y una posible inundación del domo de Runit podrían llevar al colapso la infraestructura liberando todo el materia radioactivo que lleva encapsulado desde 1977.

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