Este martes la Unión Europea informó que ha decidido que las plantas de energía nuclear y de gas natural se consideren como “energía verde” a pesar de la disputa interna.

La Unión Europea (UE) informó sobre la decisión este martes y se logrará si ambas energías cumplen con ciertos requisitos, pero desde ya ha generado una disputa interna en la UE, ya que algunos miembros se oponen tajantemente a la medida. 

Uno de ellos es el canciller de Austria, que respondió a la BBC que “la energía nuclear no es ni verde ni sostenible”. También sostuvo que "no puedo entender la decisión de la UE”.

El canciller afirmó que respaldaría a su ministra de Medio Ambiente, Leonore Gewessler, para iniciar acciones legales en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea si los planes siguen adelante.

Luxemburgo y España también se unirán a la acción legal de Austria contra la UE.

Por otro lado, los países que están a favor de esta medida para las plantas nucleares son aquellos que utilizan armamento de ese tipo como Francia. Según explicó el medio inglés, este tipo de energía emite menos carbono, pero sí tiene mayores preocupaciones de seguridad y requiere la eliminación de desechos muy peligrosos.

El gas natural, por otra parte, tiene sus partidarios, los cuales argumentan que aún hay países que dependen del carbón para obtener energía como Polonia. Este último se beneficiaría de incentivos para pasar a un suministro relativamente más limpio.

Desde la Unión Europea (EU) han afirmado que este cambio no es un requisito para que los Estados y/o empresas inviertan en gas natural o energía nuclear. En cambio, son reglas técnicas, llamadas, "Taxonomía de la UE" que tienen como fin limitar y clasificar lo que será considerado como “sostenible" para que los inversores privados puedan decidir dónde colocar los fondos, según informó la comisión.

Se supone que la iniciativa reconoce los proyectos verdes que hacen una contribución "sustancial" al menos uno de los objetivos ambientales de la UE, "sin dañar significativamente ninguno" de ellos.

Los críticos de la iniciativa han acusado a la UE del llamado "lavado verde". Pero la decisión de etiquetar ambas industrias controvertidas como "verdes" aún no es definitiva.

Además de la amenaza de acción legal por parte de Austria y Luxemburgo, el Parlamento Europeo y el consejo de jefes de estado tienen cuatro meses para considerar la sugerencia y objetarla.

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