AFP
Las fuerzas iraquíes entraron este viernes en el centro de Faluya y ocuparon el cuartel general del gobierno, efectuando un avance en su ofensiva para arrebatar la ciudad al grupo Estado Islámico, informaron varios comandantes.
En su avance hacia el centro de este feudo yihadista situado a 50 km al oeste de Bagdad, las fuerzas de élite del contraterrorismo (CTS) y otras unidades militares se enfrentaron a una limitada resistencia de los yihadistas, que se replegaron hacia el oeste de la ciudad, afirmaron a la AFP.
Desde el arranque el 23 de mayo de la ofensiva para recuperar el control de Faluya con el apoyo aéreo de la coalición internacional liderada por Estados Unidos, soldados, policías y milicianos iraquíes lograron cercar totalmente la metrópolis y reconquistar los barrios periféricos.
"Las unidades del CTS y las fuerzas de intervención rápida retomaron el complejo gubernamental en el centro de Faluya", declaró a la AFP el general Abdelwahab al Saadi, el comandante de la ofensiva.
Raed Shaker Jawdat, el jefe de la policía federal, confirmó el avance de las fuerzas iraquíes, que marca una importante etapa en la operación militar.
"La liberación del cuartel general, principal complejo gubernamental de la ciudad, simboliza el restablecimiento de la autoridad del Estado", añadió.
Débil resistencia del Estado Islámico
En su avance en dirección al centro, las tropas iraquíes recuperaron también varios barrios del sur y del este, y controlan ya cerca del 50% de Faluya.
Las tropas "se toparon con una débil resistencia" del Estado Islámico, dijo el comandante. Los yihadistas "huyeron en masa hacia el oeste (...), lo que explica su débil resistencia. Aún quedan algunos núcleos de yihadistas que rastreamos en el centro de la ciudad".
Según responsables de seguridad, varios miembros del Estado Islámico lograron huir mezclándose con los civiles que se marcharon en los últimos días, y en algunos casos sobornando a los militares.
"La mayoría de los principales jefes (del Estado Islámico) ya no están, y los yihadistas que se quedaron atrás no son sus mejores combatientes", indicó un responsable de la seguridad, que no quiso revelar su identidad.
El Estado Islámico se apoderó de Faluya, ciudad de la provincia de Al Anbar poblada en su mayoría por sunitas, en 2014, cinco meses antes de su fulgurante ofensiva en Irak, que le permitió tomar el control de otras regiones del país como Mosul, la segunda ciudad del país al norte.
Si el Estado Islámico perdiera Faluya, solo le quedaría Mosul como gran ciudad bajo su control en Irak, después de haber sido expulsados de otras ciudades.
Las ofensivas contra el Estado Islámico
Desde el comienzo de la operación, al menos 48.000 personas han huido de sus casas. Pero aún quedan miles bloqueadas en el centro de Faluya, donde según varias oenegés los yihadistas los utilizan como escudos humanos.
Muchos de los que huyeron se encuentran ahora refugiados en los campos cercanos a la ciudad.
"Tenemos un desastre humanitario en el interior de Faluya y otro desastre en los campos", declaró preocupado el jueves Jan Egeland, secretario general del Consejo Noruego para los Refugiados (CNR).
"Miles de personas que huyen del fuego cruzado después de meses de asedio y al borde de la hambruna necesitan asistencia y cuidados, pero nuestras reservas se acabarán dentro de poco", declaró, pidiendo a la comunidad internacional intervenir de urgencia.
Los civiles que huyen se arriesgan además a ser detenidos a su salida por las fuerzas gubernamentales bajo la acusación de colaborar con el grupo yihadista sunita.
Las fuerzas paramilitares, que combaten junto a las fuerzas iraquíes y que están controladas por milicias chiitas, han sido acusadas por los civiles que huyen de cometer todo tipo de abusos.
El Estado Islámico, responsable de terribles atropellos y de mortíferos atentados en el mundo, es el objetivo también de varias ofensivas en Siria, donde ocupa grandes zonas, y en Libia, donde los grupos progubernamentales intentan arrebatarle su feudo de Sirte.