Los investigadores advierten que estos efectos extremos serán más frecuentes y tendrán una mayor duración como resultado del calentamiento global, un efecto que no había sido examinado a escala global con anterioridad, según apunta en un comunicado el organismo educativo.

El estudio, publicado este miércoles en la revista "Nature Communications", se basa en la observación vía satélite de las temperaturas oceánicas y los registros históricos durante los últimos 100 años. Thomas Werberg, coautor del trabajo, resalta que los ecosistemas marinos usualmente sufrían unos 30 días de calores extremos al año a principios del siglo XX y ahora experimentan 45 jornadas.

"La exposición extra a un calentamiento extremo tiene un efecto perjudicial en la salud de los ecosistemas, con impacto en la biodiversidad, así como las actividades económicas incluyendo la pesca y la acuicultura", apunta Wernberg, doctor del Instituto Oceánico de la UWA.

Se teme mayor impacto ecológico y económico

Las olas de calor marinas, en referencia a los periodos prolongados de temperaturas inusualmente altas en la superficie oceánica, pueden suponer una pérdida prolongada en los bosques de algas, blanqueo de los corales, la muerte de los invertebrados marinos y variaciones en las rutas de los peces.

Wernberg pone como ejemplo la situación actual de la costa de Australia Occidental, donde la muerte de corales y algas y la posterior migración de los peces han supuesto el cierre de importantes caladeros para la economía local.

"Debido a la probabilidad de que continúe el calentamiento de la superficie oceánica a lo largo del siglo XXI y el incremento de la tendencia en las últimas décadas, podemos esperar un incremento futuro en las olas de calor marinas con un impacto económico y ecológico substancial para nuestro océanos", agregó el experto.

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