El último registro del sindicato de policías asegura que 106 personas han muerto desde que el sábado pasado la policía militar del estado de Espírito Santo iniciara una huelga, alegando mejoras salariales.

Se trata de seis veces más que el promedio habitual de homicidios para esta fecha en una zona reconocida por sus agradables playas.

La situación de anarquía que se ha generado en las principales ciudades de la zona, cuya capital es Vitoria, a unos 500 kilómetros al norte de Río de Janeiro, llevaron al gobierno a enviar a tropas del ejército para intentar imponer el orden, el que todavía no se ha restablecido.

Sueldos congelados hace siete años

Aunque por ley, en Brasil las policías no pueden hacer huelga, la policía militar de Espírito Santo –encargada de la seguridad y vigilancia- se las ingenió para detener sus funciones exigiendo mejoras salariales, las que no han variado en los últimos cinco años y que se estima en 850 dólares (unos $ 550 mil).

Para sortear la prohibición, ubicaron a sus familiares delante de los cuarteles para impedir la salida de los uniformados y sus vehículos. El martes se sumó a la paralización la Policía Civil –que realiza labores de investigación-, luego que un funcionario muriera durante las revueltas callejeras.

Solicitan un aumento del 65 por ciento, que se haga efectivo parceladamente de aquí a 2020.

Acción militar impotente

A comienzos de semana aparecieron en el estado, principalmente en Vitoria, los primeros efectivos del ejército para tratar de controlar el caos. En total, fueron cerca de 1.200, los que fueron considerados insuficientes por el gobernador subrogante César Colnago, reemplazando al titular Paulo Hartung se encuentra con licencia médica tras una cirugía.

De ahí que el ministro de Defensa Raul Jungmann, anunciara el despliegue extra de 550 militares de las Fuerzas Armadas y un centenar de efectivos de la Fuerza Nacional (por policías y bomberos de élite).

Pese a los esfuerzos, el normal funcionamiento de la región no se ha conseguido. Por lo mismo, las autoridades informaron que de aquí al fin de semana el número de militares en las calles crecerá hasta tres mil.

Todo cerrado

La huelga ha producido un explosivo aumento de los homicidios, saqueos a tiendas, quemas de autos y buses, tiroteos y robos con violencia. La cadena Globo informó que en un día se robaron 200 autos, 1.000% más que la media diaria.

El nivel de descontrol es tanto que ha forzado al cierre de escuelas y centros de salud.

También ha producido que la gente se agolpe en los pocos supermercados que han decidido abrir sus puertas. El diario Estado de Sao Paulo ha reportado largas filas en los comercios y que en algunos de ellos son varios los productos que comienzan a escasear.

Fuentes del comercio calculan las pérdidas en casi 30 millones de dólares.

Negativa oficial

El gobernador Paulo Hartung no ha mostrado intenciones de dar su brazo a torcer. “Lo que está ocurriendo en Espíritu Santo es un chantaje (…) La población es víctima de un secuestro y los secuestradores del derecho de ir y venir quieren cobrar su rescate. No pagaremos”, ha dicho.

De todas formas, se espera que surjan novedades entre hoy y mañana, debido a los nuevos diálogos programados entre las partes.

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