"Acciones intrusivas, arbitrarias, ilícitas, desviadas, groseras, contra la soberanía de la patria".

La canciller venezolana, Delcy Rodríguez, usó esos calificativos este miércoles al anunciar el inicio del proceso para sacar a su país de la Organización de Estados Americanos (OEA) por orden del presidente, Nicolás Maduro.

"Venezuela no participará en lo sucesivo en ninguna actividad o evento en el que se pretenda posicionar el intervencionismo y la injerencia de este grupo de países que solo buscan perturbar la estabilidad y la paz de nuestro país", dijo al anunciar el inicio del proceso para sacar a su país de la OEA.

Decisión que el presidente de la Asamblea Nacional, el opositor Julio Borges, calificó de "constatación de que en Venezuela hay un golpe de Estado".

"Es la constatación de que el gobierno le tiene terror al pueblo venezolano y al voto y es la constatación de que el Gobierno está perdido", dijo Borges en rueda de prensa.

La decisión del gobierno venezolano responde a la convocatoria por parte del Consejo Permanente de la OEA de una reunión de ministros de Relaciones Exteriores para el 2 de mayo en San Salvador para tratar la crisis del país sudamericano.

Los cancilleres se reunirán para tratar la ola de protestas que vive Venezuela, donde la oposición exige elecciones presidenciales anticipadas, libertad a los que considera presos políticos y la restitución de los poderes de la Asamblea Nacional, de mayoría opositora y declarada en desacato por el Tribunal Supremo.

Pero desde el gobierno de Caracas hay una percepción de que en los últimos tiempos, la OEA ha sido un ente que da "luz verde" a las protestas, a las cuales califica de violentas, con el fin de derrocar el gobierno de Nicolás Maduro.

Lo que lleva a Venezuela a retirarse de la OEA tiene explicación en los eventos recientes, pero también en cómo ha cambiado la postura política de los países de América Latina.

"Falsas expectativas"

La última ola de protestas en contra del gobierno de Maduro tuvo su detonante a finales marzo, con la sentencia del TSJ autoatribuyéndose los poderes de la Asamblea Nacional, lo que la oposición tachó de "autogolpe de Estado".

El gobierno ve como un momento clave en el crecimiento de las manifestaciones el 3 de abril, cuando la OEA aprobó una declaratoria que denunciaba la "alteración inconstitucional del orden democrático".

En la reunión de este miércoles en la OEA, así lo explicó el embajador venezolano Samuel Moncada: "Es la actitud de un grupo de países de este consejo la que ha creado falsas expectativas en un grupo de venezolanos, diciendo que se ha dado luz verde para derrocar al gobierno porque es una dictadura".

Y agregó: "Está alentando el conflicto, está violando todas las normas".

Un factor que no se puede olvidar es que Venezuela ha perdido los apoyos que hasta hace no demasiado tiempo tuvo en la sede de la OEA.

En la votación de este miércoles, Venezuela sólo contó con el voto de otros 9 países (de 35) en contra de la convocatoria a los cancilleres de la OEA: Antigua y Barbuda, Bolivia, Dominica, Ecuador, Haití, Nicaragua, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas y Surinam.

El peso político de esas naciones es distante al que hace unos años tenía Venezuela, con el reiterado aval de países como Argentina, Brasil, Chile o Uruguay respaldando al fallecido presidente Hugo Chávez.

"No cabe duda que en el contexto americano, las fuerzas de derecha han ganado importante terreno", opina el abogado constitucionalista Jesús Silva, al referirse a los nuevos gobiernos de los países que antes eran aliados.

Y añade, en conversación con BBC Mundo: "Venezuela no está sola, pero su campo de alianzas se ha reducido debido a lamentables virajes ideológicos en esta parte del mundo".

Por qué el no a la reunión

Venezuela también denunció que la convocatoria de cancilleres aprobada viola la Carta de la OEA que en su artículo 1 dice que el organismo no puede "intervenir en asuntos de la jurisdicción interna de los Estados miembros".

"Esta decisión no viene a explorar, no viene a averiguar, no viene a entender. Viene a imponer. Es un grupo de esta organización que ya tomó la decisión, la viene imponiendo", dijo Moncada.

Moncada además dijo en una rueda de prensa este miércoles que la reunión es una "amenaza de castigo" como la suspensión por la aplicación de la Carta Democrática de la OEA.

Silva lo interpreta de forma similar: "Cuando se celebra una reunión de cancilleres para tratar asuntos de un país que se ha catalogado como ruptura del hilo democrático, eso es la antesala a una sanción severa".

¿Por qué no esperar?

El procedimiento para la salida de Venezuela de la OEA contempla la necesidad de denunciar la Carta Democrática y establece un periodo de 24 meses hasta que se consuma, pero la canciller Rodríguez dijo que su país ya no participará en las próximas sesiones.

Para Silva, Venezuela "no tenía otra opción", pues un paso siguiente probable es que la nación sea suspendida de la organización.

"Salirse de la OEA es ganar tiempo y desarrollar nuevas alianzas, nuevos mecanismos de integración" como el de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), consideró el analista.

El propio embajador Moncada dijo que será en la Celac, en la que no participa EE.UU. ni Canadá, en donde Venezuela discutirá con otras naciones.

"No hay disposición sancionatoria en la Celac. El que tenga mala intención no va a poder ejercerla, vamos a discutir francamente", dijo Moncada este miércoles.

Además, la canciller Delcy Rodríguez no dudó en responsabilizar a Estados Unidos de lo que considera una "campaña intervencionista" con el apoyo de naciones latinoamericanas.

"La pretensión es aislar, tutelar e intervenir a Venezuela", dijo Rodríguez, en una campaña "instrumentalizada desde los centros de poder estadounidense para someter a los pueblos de nuestra región".

En particular criticó la postura de los gobiernos de Argentina, México, Brasil y Colombia, naciones que en las últimas sesiones de la OEA han votado a favor de las resoluciones que rechaza el gobierno venezolano.

El conflicto con Luis Almagro

Otro factor para la salida de Venezuela de la OEA es la figura del secretario general de la organización, Luis Almagro.

"El secretario general se ha convertido en un agente del conflicto en Venezuela", dijo el embajador Moncada, pues señaló que Almagro ha estado "abiertamente llamando a un golpe de Estado y a la insurrección".

El funcionario ha tenido varias confrontaciones con el gobierno de Nicolás Maduro por los señalamientos que ha hecho de la crisis social del país.

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