por Ayee Macaraig

AFP

El cineasta filipino Brillante Mendoza prestó su talento cinematográfico en respaldo a la implacable política antidrogas del presidente filipino Rodrigo Duterte, muy cuestionado en Occidente.

Mendoza, de 56 años, es una figura del cine mundial, premiado en el festival de Cannes y en círculos de cine independiente por la crudeza de sus filmes a la hora de mostrar la injusticia social y el sufrimiento de los pobres en su país.

A pesar de que muchos critican la política represiva ultraviolenta de Duterte contra el narcotráfico, Mendoza aceptó filmar cortos de propaganda a favor de la misma y dirigió la filmación de un discurso del mandatario a la nación.  

"Si alguien entiende la situación es el presidente", dijo Mendoza a la AFP, en su empresa de producción empapelada con carteles de sus películas más famosas aclamadas también en Venecia y Berlín. "Sé que mucha gente no respalda por completo lo que él quiere y lo que está haciendo ahora, pero si realmente vemos la situación real, ésta es la forma de hacerlo", dijo el realizador.

Duterte fue electo en mayo pasado tras una campaña en la que prometió erradicar las drogas eliminando a decenas de miles de personas tras advertir que Filipinas corre el riesgo de convertirse en un narcoestado.

Desde su llegada al poder a fines de junio, la policía mató a más de 1.800 presuntos traficantes de droga y otras 2.600 personas murieron en circunstancias turbias, según cifras oficiales.

El presidente aseguró que la policía sólo mata en situación de defensa propia y que las muertes no aclaradas son resultado de ajustes de cuentas entre delincuentes.

Mendoza ganó el premio a Mejor dirección del Festival de Cannes en 2009 por su filme "Kinatay".

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