AFP.

Los talibanes anunciaron el viernes el inicio de su ofensiva de primavera, que este año llevará el nombre de "Operación Mansuri" en homenaje a su fallecido líder, el mulá Ajtar Mansur, y estará centrada contra las fuerzas extranjeras.

"El principal objetivo de la Operación Mansuri serán las fuerzas extranjeras, sus infraestructuras militares y de información, y la eliminación de sus mercenarios locales", advirtió el grupo en un comunicado. 

"El enemigo va a ser golpeado, acechado, asesinado o capturado hasta que abandonen su última posición", agregó. 

La estrategia, que recuerda al líder del grupo rebelde muerto en un ataque con un dron estadounidense en mayo de 2016, se servirá de ataques convencionales y también operaciones de guerrilla. 

El grupo también llamó a sus simpatizantes a lanzar ataques suicidas, asaltos complejos u operaciones desde dentro, en las que soldados o policías se vuelvan contra sus pares. 

Aunque durante el invierno las operaciones del grupo rebelde no se detienen, con la llegada de la primavera al hemisferio norte aumenta la violencia. 

El grupo reivindicó un asalto contra una base militar el pasado 21 de abril, un ataque que dejó 135 muertos y 64 heridos, según el ministerio de Defensa. 

Durante la investigación las autoridades detuvieron a 35 militares.

Unos 12.000 soldados de las fuerzas occidentales, entre ellos 8.400 estadounidenses, están desplegados en Afganistán bajo mandato de la OTAN, que puso en marcha la "Operación Resolute Support" (Apoyo Decidido) tras la retirada de gran parte de las fuerzas extranjeras, a finales de 2014, para formar y respaldar a las fuerzas afganas. 

Pero a pesar de este apoyo, el ejército y la policía afganos sufren grandes pérdidas: solo controlan 57% de los distritos del país, según Sigar, un organismo del Congreso en Washington que controla las actividades y gastos estadounidenses en el país.

El general John Nicholson, el comandante del contingente estadounidense en Kabul, estimó en febrero que se necesitarían "algunos miles" de soldados más para acabar con los insurgentes.  

El jefe del Pentágono, el general Jim Mattis, en viaje oficial el lunes a Kabul, pronosticó por su parte "un año difícil" para las tropas.

Además de los talibanes, una rama local del grupo yihadista Estado Islámico también se enfrenta al gobierno de Kabul, en el este. Desde principios de mes, tres soldados estadounidenses murieron en estos combates.

Afganistán celebra el viernes el "Día de los Muyahidines" en homenaje a los combatientes que desde 1979 y la invasión soviética sacrificaron su vida para liberar al país.

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