La desaparición del avión MH370, de Malaysia Airlines se ha convertido en una de las mayores tragedias de la aviación en el mundo. Desde que cayó al mar en 2014 se han realizado intensas labores de búsqueda sin encontrar rastros de la aeronave ni de las 239 víctimas que fallecieron en el accidente.

Según lo acordado, Malasia pagaría hasta un máximo de 70 millones de dólares (unos 60 millones de euros) si la empresa Ocean Infinity lograba encontrar el fuselaje del avión y las dos cajas negras en su rastreo por 80 mil kilómetros cuadrados del Océano Índico.

Agotado el plazo, el nuevo ministro malasio de Transporte, Anthony Loke, anunció la semana pasada la conclusión de la búsqueda privada de la aeronave. No obstante, el Gobierno ha afirmado que revisarán las pesquisas y dejó abierta la posibilidad de una tercera búsqueda.

El MH370 desapareció de los radares el 8 de marzo de 2014, 40 minutos después de su despegue en Kuala Lumpur rumbo a Pekín, lo ocurrido se habría provocado porque alguien apagó los sistemas de comunicación e hizo virar el aparato, según la investigación oficial.

Hasta el momento, se han recuperado 27 piezas en las playas de Reunión, Mozambique, Mauricio, Sudáfrica y la isla Pemba (Zanzíbar), fragmentos que fueron arrastrados por las corrientes del Índico, lo que concordaba con la hipótesis oficial del siniestro.

Las operaciones de Ocean Infinity siguieron a la primera fase de búsqueda, que asumieron las autoridades de Malasia, Australia y China con un coste de más de 151 millones de dólares, y que fue suspendida a principios de 2017.

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