El primer mensaje que recibió Mina Justice fue a las 2:06 am de este domingo cuando estaba a punto de quedarse dormida:

"Mami, te amo". Era su hijo, Eddie Jamoldroy Justice, de 30 años, de profesión contador y quien en ese mismo instante estaba escondiéndose en el baño del bar Pulse, en Orlando, donde Omar Mateen había iniciado un tiroteo que terminaría convirtiéndose en el más mortal de la historia de EE.UU.: 50 muertos y 53 heridos.

Sin embargo, las alarmas de Mina se encendieron cuando recibió el siguiente mensaje:

"Están disparando en el club", escribió Eddie.

"Voy a morir"

"¿Estás bien?", preguntó la madre, mientras trataba de llamarlo para saber más detalles.

Pero en ese momento, Omar Mateen ya había atravesado el salón central del club Pulse.

"Estoy atrapado en los baños", le escribió un minuto después y le pidió que llamara a la policía, indicándole el bar donde estaba: "Pulse, Downtown".

Sin embargo, el terror y la angustia se apoderaron del alma de Mina, quien según su relato a los medios locales este domingo en la tarde, durante los siguientes 29 minutos no supo nada de su hijo, mientras ella lo llamaba y le enviaba un mensaje de texto cada segundo.

A las 2:39 am recibió una respuesta:

"Se está acercando, voy a morir".

En esos instantes de zozobra, Mina intentó tener un panorama claro de lo que ocurría: le preguntó a su hijo en qué baño estaba y si había personas heridas cerca de él.

"Muchas. Sí", escribió Eddie.

Mina le dijo que la policía iba para allá y le pidió que le avisara cuando se encontrara con los uniformados.

También le preguntó si el atacante estaba en el baño con él.

A las 2:50 am hora local Eddie escribió: "Es un terrorista", antes de escribir su último mensaje:

"Sí", como respuesta a la pregunta de su madre.

Lo siguiente que se supo de Eddie Jamoldroy Justice es que hacía parte de la lista de víctimas fatales del peor ataque en suelo estadounidense desde el 11 de septiembre de 2001.

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