Siete personas murieron en un ataque armado relacionado con pleitos por tierras entre comunidades indígenas en Chiapas, en el sur de México, una conflictiva y violenta región donde hace tres décadas estalló el levantamiento zapatista, dijeron autoridades.

Las víctimas son indígenas tsotsiles "desplazados" del municipio de San Pedro Chenalhó, en el centro del estado, informó la fiscalía estatal en un comunicado este sábado.

 

"Fueron atacados con armas de fuego, resultando un saldo de siete personas muertas y tres heridas", detalló la dependencia.

El ataque estuvo dirigido contra el grupo de más de 200 personas que desde octubre pasado debieron dejar sus viviendas a causa de un conflicto agrario interno, contaron a la AFP pobladores de la zona que solicitaron anonimato por razón de seguridad.

Según estos mismos testimonios, la agresión se dirigió también a los dueños de la bodega donde se hallan refugiados.

"No hay seguridad para los desplazados" pese a que ya se solicitó al gobierno estatal, denunció José Vázquez Gutiérrez, activista local y representante del grupo de indígenas.

"Nosotros como defensores ya estamos perseguidos y amenazados de muerte", declaró a la AFP.

La fiscalía detalló que el grupo de personas armadas se presentó la noche del viernes en la bodega, ubicada en la comunidad de Polhó.

Dicha comunidad es cercana a la localidad de Acteal donde en 1997 un grupo armado de corte paramilitar asesinó a 45 indígenas tsotsiles cuando participaban de una ceremonia religiosa.

Chiapas celebrará el 1 de enero próximo el trigésimo aniversario del levantamiento encabezado por el Ejercito zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que fue noticia mundial, con la carismática figura del subcomandante Marcos y su pasamontaña.

En febrero de 1996 se suscribieron los acuerdos de San Andrés entre el gobierno federal y el EZLN sobre derecho y cultura indígenas.

Aunque la capital de Chiapas, San Cristóbal de las Casas, se convirtió en una plaza fuerte del turismo internacional en México, la situación se mantiene tensa en varias zonas del estado.

Los conflictos por tierras son comunes entre comunidades indígenas mexicanas, las cuales se rigen habitualmente por sus usos y costumbres, lo que en ocasiones dificulta la intervención del Estado en su resolución.

Algunas de estas comunidades están vinculadas además con partidos políticos y otros grupos de poder de dichas zonas, incluso organizaciones criminales.

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