Decenas de miles de personas tuvieron que dejar sus casas el lunes en los valle de Napa y Sonoma en California, debido a incendios que se desplazan a gran velocidad y devoran esa zona del oeste de Estados Unidos mundialmente famosa por sus viñedos.

Bajo un opaco cielo anaranjado y una nueva ola de calor sofocante, las llamas consumieron los viñedos y devastaron las casas. El fuego irrumpió a un "ritmo peligroso de propagación", arrasando unas 4.500 hectáreas hasta el lunes, informó el Departamento de Bosques y Protección contra Incendios de California (Cal Fire).

Entre los viñedos afectados se cuentan los de Chateau Boswell Winery, en Santa Helena, y parte de los de Castello di Amorosa, de arquitectura medieval; mientras que otros como los de Merus Wines y Davis Estates estaban bajo amenaza por la inminente llegada del fuego.

"Salvamos la bodega anoche, pero todo lo demás se perdió", dijo Tuck Beckstoffer, presidente de un viñedo de ocho hectáreas cerca de Santa Helena, a la revista Wine Spectator.

Calistoga, una pintoresca comunidad en la cima del valle de Napa conocida por sus aguas termales y por ser una plataforma para el turismo del vino, ha sido en gran parte evacuada.

Los fuertes vientos avivaban las llamas y apuraron los pedidos de evacuación para más de 50.000 personas.

CeeBee Thompson trasnochó mirando las llamas a lo lejos mientras empacaba sus cosas en el auto, pues las sirenas de advertencia recientemente instaladas en el pueblo sonaron dos veces durante la noche. "Podíamos ver las llamas estallando toda la noche", dijo Thompson a AFP. "Lo único que nos quedaba por hacer era poner los gatos en el coche... y eso va a ser un reto interesante", ironizó.

El fuego arrincona a las comunidades de Napa y la vecina Sonoma, que aún no se recuperan de los devastadores incendios forestales de 2017, en los que 44 personas murieron y miles de edificios fueron reducidos a cenizas.

Temprano el lunes, fuertes vientos con ráfagas de hasta 90 km/h esparcían brasas y fuego, mientras más de 1.000 bomberos luchaban por controlar la situación.

El fuego empezó este lunes a calcinar casas en la ciudad de Santa Rosa, la más populosa del condado de Sonoma con 177.000 habitantes, mientras la compañía de gas y electricidad cortó el suministro de energía a unas 65.000 casas del norte de California como precaución.

Los bomberos estaban desplegando 133 camiones, 22 sistemas de extinción, cinco helicópteros y 35 excavadoras, según el diario Napa Valley Register.

Cinco de los seis incendios forestales más destructivos de la historia de California se encendieron el mes pasado y siguen ardiendo, según Cal Fire.

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