Miles de partidarios del presidente argentino, Mauricio Macri, lo despidieron con un mitin a tres días de ceder el poder a su sucesor, el peronista Alberto Fernández, en un país en crisis por la recesión, la pobreza, la inflación y la deuda.

En su discurso del sábado, subido a una tarima junto a su mujer, Juliana Awada, Macri destacó "la presencia de las mujeres", que a simple vista eran mayoría en la Plaza de Mayo, abarrotada mayoritariamente por gente de Buenos Aires, la ciudad más rica del país

"¡Mauricio, querido!", corearon los participantes del acto de despedida en la histórica plaza frente la Casa Rosada (sede del gobierno), donde entonaron las estrofas del himno nacional.

Así como lo había formulado esta semana en un mensaje en cadena de radio y TV, Macri dijo, sin dar más detalles: "Hemos logrado muchas cosas".

"Tenemos que cuidar a nuestra Argentina que no la roben", exhortó el presidente, involucrado en casi un centenar de causas judiciales, entre ellas las de corrupción por negociados en autopistas, correos y energía eólica.

Entre los casos de corrupción que deja el gobierno está el procesamiento esta semana de la jefa de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso, por encubrimiento del exministro de Energía Juan José Aranguren, también expresidente de la firma angloholandesa Shell Argentina, acusado de favorecer los negocios de dicha compañía en su gestión.

Macri vuelve al llano con una inflación de más del 50% anual, según un el Banco Central (autoridad monetaria), tras recibir un legado inflacionario de 25% en 2015 cuando finalizó su mandato la expresidenta Cristina Kirchner, ahora vicepresidenta electa.

"Esto es una expresión legítima de la gente y una renovación de la creencia en la democracia y la república", dijo a la AFP Maximiliano Ferraro, legislador oficialista de la ciudad de Buenos Aires, cuando llegaba a la plaza para mezclarse en la muchedumbre.

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