AFP

El ex canciller iraquí Tarek Aziz, que fue la "cara amable" del régimen del depuesto presidente Saddam Hussein -del cual era su principal negociador-, falleció este viernes a los 79 años en un hospital, tras pasar varios años en la cárcel, informó un funcionario provincial. 

"Tarek Aziz murió en el Hussein Teaching Hospital en la ciudad de Nasiriyá donde fue traslado cuando su estado de salud empeoró", dijo a la agencia France Presse, Adel Abdulhussein al Dakhili, vicegobernador de la provincia de Dhi Qar, donde cumplía condena el exministro de Relaciones Exteriores.

Aziz fue sentenciado por "asesinato deliberado y crímenes contra la Humanidad" por la represión ejercida contra los partidos religiosos en los años 80, y fue condenado a muerte en octubre de 2010, aunque también tenía varias condenas por otros crímenes.

Aziz, el principal portavoz de Saddam, y el único cristiano en el círculo próximo del dictador iraquí- era una figura conocida en la esfera internacional. Su ascenso en política es generalmente atribuido a una lealtad inquebrantable al líder iraquí. En la Fotografía lo vemos junto al entonces Primer Ministro francés Jacques Chirac en 1986. 

Aunque Dajili no especificó la causa de su muerte, la salud de Aziz era débil desde hacía tiempo y había sufrido problemas respiratorios, cardiacos, de presión arterial y diabetes.

Su familia solicitó repetidamente su liberación por razones humanitarias y en 2011, el abogado del excanciller iraquí dijo que sufría una depresión y quería que el entonces primer ministro Nuri Al Maliki acelerara su ejecución.

Nombrado ministro de Exteriores en 1983 y Viceprimer Ministro en 1991, se decía que el poder ejercido por Aziz en la toma de decisiones fue límitado. (En la fotografía Aziz junto a Hussein (derecha) en 1985 en Moscú, en una reunión con el Secretario General del Comité Central del PCUS, Mijail Gorbachov, y su ministro de Relaciones Exteriores, Edward Shevardnadze, durante su visita a la Unión Soviética). 

Pese a ello, se convirtió en una de las figuras más conocidas del régimen en la escena internacional como voz de Saddam y llegó incluso a eclipsar a sus homólogos estadounidenses y británicos. (En la Foto: el Presidente egipcio, Hosni Mubarak (C), el rey jordano Hussein (L), y Tarek Aziz en 1990) 

Nacido en la ciudad de Sinjar (norte) el 28 de abril de 1936, Aziz procedía de una familia perteneciente a la Iglesia católica caldeana; cambió su nombre real (Michael Yuhanna) a Tarek Aziz para evitar problemas debido a sus orígenes cristianos.

Gafas gruesas y puro 

Aziz conocía a Saddam desde los años 1950 pero se mantuvo fuera del cerrado círculo musulmán sunita del Presidente, cuyos miembros procedían todos de la ciudad de Tikrit, incluso cuando escaló puestos hasta convertirse en el más alto miembro cristiano del gobierno baasista.

Durante un tiempo, fue una figura omnipresente y reconocible para la prensa internacional, con las gafas de cristales gruesos que se convirtieron en su imagen de marca, su pulcro traje y un largo puro entre los labios.

(En la Foto: Aziz (L) se reúne con el Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, el 26 de junio de 1997). 

Aziz se entregó a las fuerzas estadounidenses un mes después de la invasión de Irak en marzo de 2003, liderada por Washington, que terminó con la caída de Saddam Husein y la llegada al poder de la mayoría chiita. 

Voces críticas de la ocupación alegan que Aziz fue retenido como prisionero político en venganza por su verbo elocuente y sus eruditos ataques contra la diplomacia norteamericana y británica. 

Aziz fue el encargado de explicar la invasión de Kuwait en agosto de 1990 - cuando el uso de civiles occidentales como "escudos humanos" por parte de Saddam levantó la indignación internacional- o de poner voz a los desencuentros de Bagdad con los inspectores de armas internacionales en los años noventa. Y lo hacía de forma que sus palabras siempre lograban convertirse en titulares mundiales.

Defensor acérrimo de Saddam

Después de que las fuerzas estadounidenses y británicas bombardearan Bagdad en 1998, Aziz cargó contra la comunidad internacional, el mundo árabe y los "criminales", en referencia al entonces Primer Ministro británico Tony Blair y el Presidente norteamericano Bill Clinton.

A principios de 2003 realizó una gira europea de alto perfil para evitar, sin éxito, la invasión estadounidense.

Su fluidez en inglés, idioma aprendido en la universidad, no solo logró la atención de los medios anglófonos, sino que le proporcionó una plataforma para lanzar críticas y reproches lo suficientemente agudos como para avergonzar a otros diplomáticos.

Incluso tras la ejecución de Saddam, Aziz subió al estrado durante un juicio a tres dirigentes del régimen iraquí para insistir en que su admirado mentor no era culpable de crímenes contra la humanidad y que solo había castigado a potenciales asesinos.

En esta fotografía de la televisión iraquí tomada en marzo del 2003, el Presidente iraquí Saddam Hussein (al centro) se reúne con el entonces, Viceprimer Ministro, Tarek Aziz (a la izquierda), su hijo Qusay Hussein y otros altos rangos militares.  

 

Publicidad