La primera dama de Estados Unidos, Melania Trump, fue el martes la voz de la compasión por quienes sufren por la covid-19, al pedir la reelección de su marido en la segunda noche de una convención republicana donde la crisis sanitaria ha estado ausente.

Desde el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca, con el presidente en primera fila en medio de una audiencia en su mayoría sin tapabocas y sin distancia social, la exmodelo eslovena reconoció el impacto del "enemigo invisible", que se cobró la vida de unos 178.000 estadounidenses y sumió al país en una aguda recesión.

"Sé que muchas personas están ansiosas y algunas se sienten impotentes. Quiero que sepan que no están solos", dijo. 

Diez semanas antes de las elecciones del 3 de noviembre, el discurso de la tercera esposa de Trump no ensalzó los éxitos económicos de su marido ni prometió una recuperación en forma de "V", como hizo antes el consejero de Trump, Larry Kudlow, que llegó a hablar del coronavirus en pasado.

Pero sí presentó a Trump como un político que "no solo habla, obtiene resultados", y que "no ha perdido ni perderá el foco" en la gente más allá de "titulares negativos o falsos en los medios o ataques" de sus opositores.

"Donald no descansará hasta que haya hecho todo lo posible por todos los afectados por esta terrible pandemia", aseguró esta mujer de 50 años que sabía que su aparición estelar debía dejar atrás el papelón de 2016, cuando su mensaje en la convención fue acusado de plagiar pasajes enteros de la alocución de Michelle Obama de 2008.

Su sola mención de la tragedia del coronavirus que sacude Estados Unidos contrastó con el tono que ha tenido hasta ahora el cónclave partidario, repleto de alertas contra el caos y la violencia que para los republicanos supondría el "socialismo" de la "izquierda radical" que representa el candidato presidencial demócrata, Joe Biden. 

"El espíritu estadounidense derrotó al fascismo y al comunismo y en 68 días derrotará las opiniones vacías, opresivas y radicales de la extrema izquierda", prometió Eric Trump, de 36 años, uno de los cinco hijos del presidente.

Tiffany Trump, la otra hija del mandatario que habló en la convención el martes, llamó a mantenerse "fiel" al sueño americano, amenazado según los republicanos por Biden. "Un voto por mi padre es un voto para defender nuestros ideales estadounidenses", enfatizó la joven de 26 años.

"Ha defendido nuestra libertad religiosa, ha apoyado a aliados democráticos como Colombia y ha demostrado una determinación inquebrantable al enfrentarse a tiranos en países como Venezuela, Cuba, China y Nicaragua", dijo por su parte la vicegobernadora de Florida, Jeanette Nuñez, hija de cubanos que escaparon de la revolución de Fidel Castro.

"¡Unámonos a nuestro presidente en su promesa de que Estados Unidos nunca será un país socialista!", exclamó.

Trump, 7,6 puntos porcentuales en promedio por debajo de Biden en las encuestas, volverá a estar en el ojo de la tormenta por eso el jueves, cuando pronuncie su discurso de aceptación de la candidatura de su partido desde la propia Casa Blanca.

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