AFP

El ciclón Debbie de categoría cuatro alcanzó el martes el Estado de Queensland, y tocó tierra entre Bowen y Airlie Beach. Los fuertes ráfagas de viento destruyeron algunos de los lugares más turísticos de la región.

Desde entonces fue degradado a depresión tropical, pero la Oficina de Meteorología advirtió sobre la posibilidad de violentas ráfagas y de lluvias "intensas" que podrían "provocar crecidas".

Las carreteras que van a Bowen, Airlie Beach y Proserpine estaban cerradas por culpa de los árboles caídos y unos 50.000 hogares no disponían de electricidad.

Por el momento, el ciclón no parece haber causado muertos. Un hombre resultó gravemente heridos el martes tras el derrumbe de un muro.

Decenas de miles de personas habían sido evacuadas de forma preventiva.

Algunas de las islas más turísticas, por estar cerca de la Gran Barrera de Coral, se vieron muy afectadas.

El hotel Daydream Island Resort explicó que sufrió daños graves, principalmente en el embarcadero y en las habitaciones.

"Las condiciones eran extremas, con lluvias abundantes y violentas ráfagas de viento que dañaron el hotel y sus alrededores", declaró en un comunicado.

En imágenes difundidas en las redes sociales, se podía ver un avión ligeramente volteado, yates varados, postes eléctricos derrumbados y árboles que destrozaron casas.

El alcalde del consejo regional de Whitsunday, Andrew Willcox, describió Bowen como una "zona de guerra". "Esta magnífica ciudad costera está medio destrozada pero vamos a reconstruirla", dijo a la televisión Channel Nine.

En la localidad minera de Collinsville, los tejados volaron por los aires, según la prensa local. "Estoy hecha trizas, emocional y físicamente. He pasado las peores 24 horas de mi vida", confesaba Julie, de 53 años, a la cadena Australian Broadcasting Corporation.

La tormenta llegó con ráfagas de hasta 270 km/h.

Los equipos de socorro empezaron el miércoles a intentar evaluar los daños. El ejército, helicópteros y aviones estaban a la espera de participar en las operaciones de limpieza del gobierno federal.

Las autoridades habían pedido a los habitantes que se prepararan para la tormenta más violenta desde el ciclón Yasi en 2011 que destruyó numerosas viviendas en el norte de Queensland.

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