Jacinda Ardern, la primera ministra de Nueva Zelanda, confirmó en una rueda de prensa que su país ha detenido la "transmisión generalizada" del COVID-19.

La autoridad señaló que se "evitó lo peor" de la pandemia pero que debían continuar en su lucha contra el virus. 

"No hay grandes contagios locales en Nueva Zelanda. Hemos ganado la batalla. Pero debemos permanecer vigilantes si queremos mantenerlo así ”, dijo.

Nueva Zelanda ha permanecido bajo cuarentena llamada "Alerta 4" durante cuatro semanas, donde casi todos los negocios han estado cerrados junto a las escuelas, mientras que a la población se le pidió permanecer en sus hogares y evitar las salidas salvo a supermercados o caminatas cortas. 

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El país registra 1.122 casos confirmados de coronavirus y 19 fallecidos, mientras que la tasa de transmisión se encuentra por debajo del 0,4%, una de las más bajas considerado el promedio mundial de 2,5%. 

Este lunes, Nueva Zelanda rebajará su estado de alerta y los locales minoristas, restaurantes y escuelas, podrán reabrir sus puertas pero en menor escala. 

Por ejemplo, los colegios volverán a recibir a niños de hasta 10 años que no puedan estudiar en sus casas o que sus padres deban regresar al trabajo. 

Además, se espera que un millón de neozelandeses vuelvan a trabajar siempre que tengan un plan de control COVID-19, con medidas apropiadas de salud, seguridad y distanciamiento físico.

"Estamos abriendo la economía, pero no estamos abriendo la vida social de las personas", dijo Ardern.

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