El parlamento de Nueva Zelanda aprobó este miércoles una ley que despenaliza el aborto, que hasta ahora se podía castigar, en este país de reputación progresista, con una pena de hasta 14 años de cárcel.

Una ley aprobada en 1961 estableció que la interrupción voluntaria de un embarazo era un delito que podía llevar a la cárcel.

Aunque esa ley nunca se aplicó, el ministro de Justicia, Andrew Little, consideró que era necesario cambiarla.

"De ahora en adelante, los abortos serán considerados como una cuestión médica", explicó el ministro en un comunicado.

"Con la ley precedente, las mujeres que deseaban abortar debían superar numerosos obstáculos", recordó el ministro.

Con esta nueva ley, las mujeres podrán obtener "más rápidamente consejo y tratamiento", agregó.

La nueva ley fue aprobada por 68 votos contra 51.

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