AFP

Carlos Muñoz y Maite García, una pareja de León, hacían una ruta por la Costa Azul y el jueves por la noche seguían los fuegos artificiales en Niza cuando tuvieron que salir corriendo al encontrarse "una estampida, una muchedumbre tremenda".

Pasado el susto y después de haberse desplazado el viernes a Mónaco, han regresado al paseo de los Ingleses, de donde salieron corriendo el jueves.

"Como llegamos tarde a ver los fuegos nos pusimos de los últimos, afortunadamente salimos de los primeros. Fue una estampida, una muchedumbre tremenda", dice Muñoz señalando su ubicación exacta.

"Acabaron los fuegos, estábamos dando un paseo y de repente la gente empezó a correr. Primero nos quedamos parados y luego llegó un policía en moto y nos dijo que había que correr", añade García.

"Llegamos a las calles estrechas y empezaron a volar las mesas y las sillas de la gente que estaba en las terrazas. Nos metimos en un portal. Había turistas noruegos, indios e ingleses. También una francesa que lloraba porque no encontraba a su hijo", continúa Muñoz, funcionario de prisiones.

"Nunca pasé tanto miedo en mi vida, no había conexión a internet y no sabíamos qué pasaba. Al poco salimos, pensando que era un pánico generalizado y empezó una segunda avalancha. Otra vez la policía nos dijo que corriéramos y ya seguimos hasta el hotel", explica.

Sin apenas dormir, el viernes decidieron tomar un tren y pasar el día en Mónaco. Antes de partir a Nimes este sábado y todavía muy afectados decidieron terminar el paseo que no pudieron acabar el jueves.

"No quería salir del hotel y la familia nos decía que nos fuéramos de Niza", concluye García.

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