Al menos once muertos, alrededor de 30 heridos y decenas de detenidos dejaron las últimas ofensivas contra manifestantes opositores en varias ciudades de Nicaragua.

Según la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH, independiente), la acción violenta fue ejecutada por una fuerza combinada de paramilitares, fuerzas de choque del Gobierno y policías fuertemente armados.

El sacerdote Eliseo Hernández, de Jinotepe, declaró también que "los paramilitares entraron a la ciudad disparando como si se enfrentaban a un ejército de delincuentes, pero atacaron a la población civil, a jóvenes que estaban acompañados por sus padres y sus vecinos que reclamaban justicia" por las muertes ocurridas en el país desde abril.

"Yo exhorto al presidente (Daniel Ortega) que ayer hablaba de paz, que ponga en práctica lo que dice. La paz no se edifica sobre cadáveres y sangre, sino sobre la justicia", expresó el religioso.

Los ataques ocurren horas después que el mandatario dijera ante simpatizantes que los "tranques" o retenes de protesta de estudiantes y campesinos que mantienen bloqueadas varias carreteras del país debían "desaparecer de toda Nicaragua".

Episcopado evaluará si sigue diálogo en Nicaragua

El Episcopado de Nicaragua evaluará si continúa con el diálogo nacional para superar la crisis sociopolítica, luego de los ataques del Gobierno a la población este fin de semana.

"Lo vamos a valorar, esperamos que el diálogo no se caiga, pero hemos llegado a una situación en la que verdaderamente hay que preguntarse si el Gobierno está dispuesto a seguir recorriendo este camino", dijo Báez a los periodistas.

El diálogo nacional entre el Gobierno y la Alianza Cívica, que representa a la población, se inició a mediados de mayo pasado bajo la mediación del Episcopado, con el objetivo de superar la crisis, pero hasta ahora son pocos los avances, debido a la falta de voluntad política de la parte gubernamental, afirmó el obispo.

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