Cuatro días de trabajo, tres días de descanso y tiempo con la familia, y lo mejor de todo, con el mismo salario. Probablemente, esa sea una buena semana de trabajo para la mayoría de los empleados. Sus defensores prometen no solo una mayor satisfacción, sino incluso mayor productividad.

Bélgica también opta ahora por una semana laboral de cuatro días, pero con el mismo horario. Los empleados pueden decidir con flexibilidad, semana a semana, si quieren repartir sus horas entre cuatro o cinco días de trabajo. Según el Primer Ministro belga, Alexander de Croo, con ello se pretende dinamizar la economía y mejorar la compatibilidad entre familia y trabajo. Sin embargo, las jornadas individuales pueden llegar a ser bastante largas en el caso de un empleo a tiempo completo.

¿Qué otros países y empresas han considerado estos modelos? DW resume algunos ejemplos:

Islandia: muchos pueden acortar

Islandia probó un esquema similar entre 2015 y 2019. Además, al mismo tiempo, redujo las horas de trabajo de 40 a 35 o 36 horas semales, sin cambios en el salario. En la fase de prueba, participaron 2.500 trabajadores.

El resultado del estudio fue evaluado por la organización islandesa sin ánimo de lucro Alda (Asociación para la Democracia y la Sostenibilidad) y el think tank británico Autonomy: el bienestar de los empleados mejoró notablemente, se optimizaron los procesos de trabajo y se trabajó más estrechamente con los compañeros. La productividad se mantuvo en gran medida o incluso aumentó.

Al final de esta fase de prueba, los sindicatos y las asociaciones negociaron reducciones permanentes de la jornada laboral. Alrededor del 86 por ciento de los trabajadores tienen ahora derecho a una semana laboral de cuatro días.

Escocia y Gales: experimento costoso

Escocia también está probando la semana laboral de cuatro días. Las empresas participantes reciben el apoyo del Estado con unos 10 millones de libras. Y el debate también ha llegado a Gales. La encargada de las generaciones futuras, Sophie Howe, ha planteado esta exigencia al menos para el sector público.

El veredicto de Suecia es mixto

En Suecia, la semana laboral de cuatro días con sueldo completo ya se probó en 2015, pero el veredicto fue mixto. Incluso la izquierda sueca consideró que la aplicación era demasiado costosa. Sin embargo, algunas empresas han mantenido la idea de la reducción de la jornada laboral. La empresa automovilística Toyota, por ejemplo, ya había acortado los turnos de trabajo de los mecánicos hace unos diez años y lo ha mantenido desde entonces.

Finlandia: Una noticia falsa da la vuelta al mundo

Finlandia también ocupó brevemente los titulares internacionales por una drástica reducción de la jornada laboral: supuestamente, el país del norte de Europa quería introducir tanto la semana laboral de cuatro días como la jornada de seis horas. Pero fue una noticia falsa, que el Gobierno finlandés aclaró más tarde.

España en preparativos

En España, la semana laboral de cuatro días se pondrá a prueba a petición del partido de izquierdas Más País. Unos 6.000 empleados de 200 pequeñas y medianas empresas podrán prolongar su fin de semana un día, con el sueldo completo. La fase de prueba durará al menos un año. Todavía no está claro cuándo empezará el proyecto.

De empresa emergente a megacorporación

En Alemania, son sobre todo las pequeñas empresas emergentes las que están experimentando con la semana más corta.

En otros países, como Japón, las grandes empresas también se están atreviendo a probar la idea. La empresa tecnológica Microsoft envió a sus empleados a un fin de semana largo durante un mes: el rendimiento alcanzado aumentó supuestamente un 40 por ciento. Sin embargo, más tarde, Microsoft se retractó de la cifra.

En Nueva Zelanda, la empresa de alimentación y droguería Unilever está probando la semana de cuatro días con igualdad salarial desde hace un año. Si el modelo resulta un éxito, la empresa quiere extenderlo a otros países.

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