Desde este jueves un grupo de funcionarios de la ciudad de París, Francia, patrullarán las calles de esa ciudad para evitar que los transeúntes boten en la calle las colillas de cigarro.

Quienes incumplan la prohibición y sean sorprendidos flagrantemente, tendrán que pagar una multa de nada menos que 68 euros, unos $50 mil chilenos.

Según explicó el Ayuntamiento de París, cada año se recogen 350 toneladas de este tipo de desperdicios y su principal problema radica en que contiene metales pesados y nicotina, que daña la flora y la fauna, además de contaminar el agua.

En esa línea, añade El País, la autoridad ha instalado 30.000 accesorios en las papeleras de la ciudad para apagar los cigarros y se distribuyeron 15 mil ceniceros de bolsillo.

Publicidad