Theresa May, primera ministra británica, anunció que la última palabra para implementar su plan para el Brexit, la tendrá el Parlamento de su país.

"El gobierno someterá el acuerdo final a voto en las dos cámaras", dijo la mandataria sobre el proceso de salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, que debe comenzar  a fines de marzo.

La estrategia incluye 12 ejes para su desarrollo. Entre ellos aparecen libre comercio con el mercado europeo a través de acuerdos bilaterales, control del número de inmigrantes comunitarios que entran en el país, promover derechos de los ciudadanos de países de la UE en el Reino Unido y de los británicos en el resto del club comunitario y más cooperación en la lucha antiterrorista.

El último de los puntos expuso que la salida será "suave", contraponiéndose a la expectativa mediática, donde se había afirmado que sería "dura".

May manifestó que el plan se implementara por “etapas” y que “intentaremos evitar un cambio desestabilizante demasiado brutal".

Agregó que “al Reino Unido le interesa que la UE tenga éxito. No queremos una fragilización de la UE. Nuestra salida no es un rechazo a los valores que compartimos (...) No era un intento de dañarla”.

De todas formas, advirtió que cualquier acuerdo político-comercial de la UE para castigar al Reino Unido por su decisión sería un "acto calamitoso" para sí misma.

Entre su estrategia destaca su deseo de buscar nuevo acuerdo aduanero entre el Reino Unido y la UE.

El discurso de May se produce luego del apoyo que le dio el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y significó un fuerte repunte de la libra esterlina.

En cuanto al mercado de divisas, una vez más los mensajes sobre el Brexit se convirtieron en el detonante de los mayores ajustes, y es que, tras el discurso de May, la libra borró los efectos del desplome de ayer y reaccionó con su mayor repunte frente al dólar desde inicios de la crisis Subprime. Por momentos, los avances superan el 2,5%, con lo que la moneda británica alcanza los 1,23 dólares. 

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