El foco epidémico de COVID-19 sigue propagándose en Sídney pese al confinamiento impuesto en la ciudad, anunciaron las autoridades australianas, que han registrado un nuevo aumento de contagios.

En total se han contabilizado 112 nuevos casos en las últimas 24 horas en la ciudad, un récord desde el comienzo de esta ola a pesar de que el confinamiento se encuentra en su tercera semana.

Además el virus se ha propagado a muchos barrios de la ciudad, que cuenta con cinco millones de habitantes.

La primera ministra del estado de Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sídney, explicó que muchos de los nuevos casos eran familiares o amigos de personas infectadas que se habían reunido con ellos incumpliendo las instrucciones que desaconsejan el contacto fuera del hogar.

Los habitantes de Sídney solo pueden salir de casa para comprar víveres, ir al médico o practicar deporte al aire libre.

"Si se arriesga, está poniendo en riesgo a toda su familia", advirtió la primera ministra Gladys Berejiklian.

El sábado, una nonagenaria falleció pocas horas después de ser diagnosticada positiva al nuevo coronavirus. Es la primera muerte por la transmisión local del coronavirus en Australia en lo que va de año.

El confinamiento debe terminar el viernes, pero las autoridades advirtieron que probablemente se prolongue. Actualmente, Sídney está prácticamente aislada del resto del país.

Nueva Gales del Sur ha registrado 678 infecciones desde el comienzo de esta ola epidémica a mediados de junio.

Es una cifra mucho más baja que la de las principales ciudades del mundo, pero constituye un desafío en Australia, que se había fijado como objetivo tener cero casos de transmisión local.

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