AFP

El presidente francés François Hollande cumple este lunes una histórica visita a Cuba para promover los intereses de su país y europeos, la primera de un jefe de Estado occidental tras el deshielo entre la isla y Estados Unidos en diciembre.

El objetivo de la visita es "que Francia sea la primera en nombre de Europa y entre los países occidentales que pueda decir a los cubanos nosotros estamos a su lado y que ellos mismos decidan los pasos necesarios hacia la apertura", dijo Hollande a periodistas antes de embarcarse hacia La Habana, adonde llegó el domingo en la noche.

En vías de normalizar sus lazos con la Unión Europea y con Estados Unidos, Cuba está inmersa igualmente en la senda de la "actualización" progresiva de su alicaída economía heredada de la época soviética.

El presidente francés debe reunirse este lunes con su par cubano Raúl Castro, quien sucedió a su hermano Fidel en 2006. El Elíseo ha declarado la "disponibilidad" de Hollande para un encuentro con el padre de la revolución cubana, pero el mismo todavía no ha sido confirmado por La Habana.

"Los derechos humanos serán abordados" 

Primer presidente francés que visita la isla, Hollande se adelantó a los demás jefes de Estado occidentales con esta visita oficial de un día.

Antes de su llegada, afirmó que "este viaje es de algún modo histórico", a pesar de que "Raúl y Fidel Castro se han reunido con presidentes franceses".

"Yo mismo me encontré con Raúl Castro en Sudáfrica en los funerales de Mandela", en diciembre de 2013, explicó el mandatario en el marco de esta gira de cinco días por el Caribe, una de las más largas de su quinquenio.

En La Habana, París busca capitalizar un diálogo renovado en abril de 2014 con la visita del canciller francés Laurent Fabius a la isla. Este viaje confirmó la prioridad que el Elíseo quiere dar a América Latina en la diplomacia.

Desde entonces Francia se ha colocado en la primera línea en el acercamiento entre la UE y La Habana, que las dos partes desean ver coronado antes de fin de año con la firma de un acuerdo.

El tema de los derechos humanos, por el que el régimen cubano es a menudo criticado, será "necesariamente" abordado en esta visita, dijo Hollande.

Su primera actividad este lunes será imponer la Legión de Honor al cardenal Jaime Ortega, quien ha jugado un destacado papel de mediador para conseguir la liberación de presos políticos.

"Yo hablaré de derechos humanos ya que cada vez que hay presos políticos, cada vez que hay infracciones a la libertad, Francia no cierra la boca", afirmó el presidente.

 Mercado latinoamericano en la mira 

Décimo socio económico de la isla, Francia quiere ampliar su presencia en el mercado cubano y no dejar pasar el tren de la apertura económica. Numerosos empresarios franceses acompañan a Hollande en una delegación que incluye a siete ministros y viceministros.

Varios acuerdos deben ser firmados este lunes, pero "no es tanto la cantidad lo que va a contar, sino el acceso a los mercados latinoamericanos", confesó el mandatario francés.

En esta óptica, Hollande destacó el rechazo de Francia al embargo estadounidense contra la isla, vigente desde 1962. Todos los años desde 1991, Francia ha votado en favor de la resolución que exige el levantamiento del embargo, en la Asamblea General de la ONU.

"Cuba quiere ahora pasar a otra fase, a otro periodo, a otro tiempo para esta isla que ha sido víctima de un embargo. A pesar del gesto de (el presidente estadounidense Barack) Obama hay todavía medidas que impiden las relaciones comerciales", declaró Hollande el domingo en Guadalupe, territorio francés de ultramar en el Caribe, antes de partir hacia La Habana.

Desde el anuncio del deshielo con Cuba, el 17 de diciembre, el mandatario demócrata ha pedido al Congreso controlado por la oposición republicana, que trabaje por el levantamiento del embargo, pues es el único facultado para hacerlo. Sin embargo, los líderes de la mayoría en ambas cámaras son por ahora hostiles a ello.

A la espera de una decisión del Congreso, Obama ha tomado una serie de medidas para flexibilizar el embargo, dentro de los límites de sus prerrogativas presidenciales, que han sido consideradas insuficientes por La Habana.

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