AFP

El líder independentista catalán, Carles Puigdemont, regresa este sábado a Bélgica decidido a internacionalizar su lucha por la independencia de Cataluña, al tiempo que intenta mantener las riendas de la política regional en pleno deshielo con Madrid.

"Mi actividad política se centrará en Bélgica. Naturalmente, con la voluntad de continuar el mandato de la gente" de convertir Cataluña en una república independiente y trabajar por los políticos catalanes "injustamente encarcelados", dijo el miércoles desde Berlín.

Cuatro meses después de su detención en Alemania, cuando regresaba a Bélgica en coche desde Finlandia, el ex presidente regional de Cataluña, de 55 años, regresa al corazón de Europa fortalecido por la decisión de España de anular su orden internacional de detención.

La llamada 'Casa de la República' en Waterloo, localidad belga famosa por ser el escenario de la derrota de Napoleón en 1815, será la base desde donde intentará desplegar el 'Consejo de la República', una especie de organismo dirigente del independentismo en el exilio.

El objetivo de Puigdemont, que reconoció que "ningún" Estado europeo le apoya, es llevar a cabo allí "actividades en la línea con lo que aprobó el pueblo de Cataluña el 1 de octubre" cuando se celebró un referéndum ilegal de independencia, marcado por cargas policiales.

- Bienvenida en Waterloo -

En Waterloo es donde a partir de las 16.00 hora local, su sucesor Quim Torra, que lo considera el presidente legítimo, le dará la bienvenida, después de una reunión horas antes de ambos en Bruselas con el gobierno catalán y los ex miembros también en el exilio.

Su regreso a Bélgica, adonde se marchó días después que el entonces gobierno español de Mariano Rajoy asumiera la tutela de la región por una fallida declaración de independencia el 27 de octubre, pone fin a una odisea que le condujo brevemente a prisión en Alemania.

Las autoridades alemanas le detuvieron el 25 de marzo en virtud de una euroorden emitida por España y aceptaron en julio extraditarlo sólo por el delito de malversación de fondos, y no por el de rebelión, penado con 25 años de prisión, como reclamaba la justicia española.

El juez instructor en España, donde nueve líderes catalanes están en prisión preventiva acusados de rebelión, decidió entonces retirar la orden de entrega contra él y contra otros cinco destacados independentistas residentes en Bélgica, Suiza y Escocia.

La retirada de la orden internacional de detención le permite seguir su lucha en el extranjero. "Hay una mirada europea sobre la crisis catalana", según Puigdemont, quien en sus primeros meses en Bélgica contó con el apoyo del partido nacionalista flamenco N-VA. 

- 'Liderazgo' interno -

Pero además, como explica Jordi Amat, autor de ensayos sobre el proceso independentista, esto aumenta su influencia sobre el "movimiento soberanista", que "nunca tuvo un líder claro" pero "ahora está pasando" con el expresidente.

"Tenía una situación jurídica muy complicada, pero, paradójicamente y quizás fruto de ello, tiene una influencia muy grande sobre [su] partido y sobre el gobierno catalán" de Torra, asegura a la AFP Amat.

Puigdemont logró el pasado fin de semana tumbar la dirección de su partido, que en los últimos meses se distanció de su estrategia de choque con Madrid, y ahora prepara una OPA sobre todo el movimiento separatista con el lanzamiento de un nuevo partido a fines de año.

Y, ¿qué ocurrirá con el diálogo abierto entre el actual ejecutivo español de Pedro Sánchez y el gobierno catalán en julio? "Lo que intentará Puigdemont es boicotear el diálogo", estima Amat, para quien la lógica del "cuanto peor, mejor" beneficia al dirigente catalán.

Desde Bélgica, ya que no puede volver a España donde la orden de detención nacional sigue vigente, deberá seguir el primer aniversario de la crisis catalana a partir de septiembre, cuando la mirada internacional podría volver a posarse en esta región de 7,5 millones de personas del noreste de España.

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