El número anual de muertes relacionadas con el alcohol en Inglaterra y Gales alcanzó un récord en 2020, informó este jueves la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS), constatando un muy fuerte aumento desde el primer confinamiento en marzo del año pasado.

En 2020, 7.423 personas murieron como consecuencia del consumo excesivo de alcohol, lo que supone un aumento de casi 20% respecto al año anterior, precisó la ONS.

Es el mayor número anual de muertes registrado desde que este organismo inició el registro en 2001. La tasa de muertes relacionadas con el alcohol en el primer trimestre de 2020 (de enero a marzo) fue "estadísticamente similar a las de años anteriores", señala la ONS, "pero las tasas del segundo, tercer y cuarto trimestres de 2020 fueron significativamente más altas que en cualquier otro año".

"La ONS indica que este aumento coincide con el inicio de la pandemia", analizó Sadie Boniface, directora de investigación del Instituto de Estudios sobre el Alcohol, y de una serie de tres confinamientos, el primero de los cuales fue anunciado por el gobierno británico el 23 de marzo de 2020.

Las muertes contabilizadas por la ONS están relacionadas en su mayoría con problemas de adicción de larga duración: el 80% se debieron a enfermedades hepáticas provocadas por el alcohol y sólo 10% fueron causadas por comportamientos o estados mentales peligrosos relacionados con el alcohol.

El 6% se deben a intoxicaciones etílicas. "Esto significa que el aumento no se explica por el hecho de que las personas que antes bebían en niveles de riesgo más bajos aumentaron su consumo durante la pandemia", analizó Boniface.

Las causas de este "alarmante" hallazgo, consideró, se encuentran más bien en el aumento del consumo entre personas que ya bebían en exceso, pero también en la falta de "acceso a la atención médica".

"Por ejemplo, las enfermedades hepáticas suelen ser una urgencia, pero la gente puede tener miedo de ir a urgencias por el virus", explicó. Sin embargo, la investigadora instó a realizar un estrecho seguimiento de las personas que comenzaron a beber durante la pandemia, argumentando que "las consecuencias para la salud de estos importantes cambios en los hábitos de consumo de alcohol siguen siendo en gran medida indeterminadas".

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