Los mamuts, cuyos últimos ejemplares se extinguieron hace al menos 5.000 años, han dejado un reguero de misterios que la ciencia empieza ahora a despejar gracias al análisis del ADN más antiguo encontrado hasta la fecha, según revela un estudio publicado por la revista Nature.

Un equipo internacional de expertos, coordinados por el Centro de Paleontogenética de Estocolmo (Suecia), ha secuenciado el material genético extraído de los molares de tres mamuts que quedaron enterrados en el permafrost de Siberia hace entre 700.000 y 1,2 millones de años.

Principalmente, estos mamíferos proboscídeos se dividen en cuatro grandes especies paleontológicas: el meridional, el de Columbia (Norteamérica), el de las estepas (estrecho de Bering y Siberia) y el lanudo (Eurasia).

Los autores destacan que este trabajo aporta nuevas claves para entender cuándo y cómo de rápido se adaptaron estos animales a los climas helados, al tiempo que subrayan las dificultados encontradas para extraer y analizar un ADN tan primitivo.

"Este ADN es increíblemente antiguo. Las muestras son miles de veces más antiguas que los restos de los vikingos e, incluso, preceden a la existencia de humanos y neandertales", dijo el principal autor del estudio, Love Dalén.

A partir de estas muestras, que contenían un material genético muy degradado y fragmentado -un reto en sí mismo-, los expertos determinaron su antigüedad de acuerdo con el análisis de los depósitos geológicos donde fueron halladas y de la técnica del "reloj molecular", que permite estimar el tiempo evolutivo a partir del número de diferencias entre dos secuencias de ADN de especies divergentes.

Así, constataron que dos de los especímenes tienen una antigüedad de más de un millón de años, mientras que el tercero es uno de los mamuts lanudos más primitivo que se conoce, con una edad de unos 700.000 años.

Un linaje de mamut desconocido hasta ahora

El más antiguo de todos, de unos 1,2 millones de años, pertenece a un linaje genético desconocido hasta ahora y que los investigadores han denominado como mamut de Krestovka, en referencia a la localidad rusa donde fue encontrado.

El segundo más antiguo, de más de un millón de años, pertenece al mamut denominado de Adycha y podría ser un antepasado del mamut lanudo, según los expertos. Los científicos señalan que el mamut de Krestovka se separó de la línea de otros mamuts de Siberia hace más de dos millones de años.

"Esto fue una auténtica sorpresa. Todos los estudios anteriores indicaban que solo hubo una especie de mamuts en Siberia en ese momento de la historia, el llamado mamut de la estepa. Pero nuestros análisis de ADN demuestran ahora que hubo dos linajes genéticos diferentes, que aquí denominamos como el mamut de Adycha y el de Krestovka", afirma Tom van der Valk, coautor del estudio.

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