Este viernes se cumplen 5 años de los atentados terroristas en París, que le costaron la vida a 130 personas, entre ellas tres chilenos.

En un reportaje realizado por T13, se conversó con familiares y amigos en Chile y en Francia de las víctimas. También, uno de los sobrevivientes que estuvo cara a cara con los extremistas esa noche del 13 de noviembre del 2015, entregó su testimonio.

Se trata de David Fritz Goeppinger, de 28 años, un chileno criado en Francia que en ese momento se encontraba en la sala de conciertos Bataclán como un espectador más del show del grupo de rock estadounidense Eagles of Death Metal.

David recuerda que acababa de regresar del baño cuando escuchó sonidos metálicos y se dio cuenta de que la música se había detenido y las luces estaban encendidas, según cuenta en “Un jour dans notre vie” ("Un día en nuestra vida"), un libro que escribió tras la insistencia de su psicóloga y en el que cuenta todo lo que vivió aquella noche.

El relato del chileno en Bataclán que se transformó en libro: “Es muy difícil de leer”

Los disparos que hacían "vibrar el ambiente" le ayudaron a entender que se estaba produciendo un tiroteo en la sala.

Corrió, buscó donde esconderse e intentó escapar por una ventana, de la que estuvo colgado por unos cuatro minutos pensando qué hacer hasta que uno de los atacantes lo vio y le pidió, con su Kalashnikov (fusil AK-47) en la mano, que volviera a entrar.

Convertido en rehén, David recuerda muy bien uno de los primeros intercambios que tuvo con los atacantes. “¿Qué piensas tú de tu presidente (por François Hollande)?”, le preguntó el atacante a Fritz; “Nada. No soy francés, soy chileno” respondió.

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Cinco años más tarde, David reflexiona sobre aquella conversación. “No creo que el solo hecho de que haya respondido que soy chileno me salvara la vida. Dije eso porque, administrativamente y mentalmente, era chileno en ese momento”.

Todos estos momentos, David los plasmó en el mencionado libro que publicó en Francia en octubre recién pasado.

“Traté de leerlo casi toda la noche hasta el final, pero no pude porque era súper difícil de no (…) de leer todas esas cosas y abrir de nuevo la cicatriz, la herida”, cerró.

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