Un violento tiroteo sacudió este domingo a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en Grand Blanc Township, en la ciudad de Michigan, Estados Unidos, dejando hasta 11 personas heridas, entre ellas varios niños.

Según las autoridades locales, el agresor abrió fuego dentro del templo y luego provocó un incendio antes de quitarse la vida en el estacionamiento, mientras los vecinos y fieles observaban aterrados.

Al respecto, se refirió el Departamento de Policía de Grand Blanc informó mediante Facebook que “no hay amenaza para el público en este momento” y que “la iglesia está activamente en llamas”.

Videos compartidos en redes sociales muestran densas columnas de humo y llamas que consumen gran parte del edificio, inmueble que además fue embestido por el atacante y su camioneta.

Fuentes policiales indicaron a medios estadounidenses que algunas víctimas aún estaban siendo trasladadas a hospitales cercanos y que entre los heridos hay menores de edad.

Respecto de esta emergencia es que la fiscal general de EE. UU., Pamela Bondi, señaló en X que está “recibiendo informes” de lo ocurrido y que agentes del FBI y la ATF se dirigen a la escena.

“Tal violencia en un lugar de culto es desgarradora y estremecedora. Les pido que se unan a mí para orar por las víctimas de esta terrible tragedia”, agregó.

Por su parte, el director del FBI, Kash Patel, indicó que la agencia está “siguiendo los reportes sobre el terrible tiroteo e incendio” y que sus agentes colaboran con autoridades locales.

Las fuerzas de seguridad organizaron un pabellón de reunificación en el teatro Trillium, en la localidad de Holly y McCandlish, para las personas presentes en el lugar, y pidieron a los residentes evitar la zona mientras se desarrolla la emergencia.

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