El Gobierno de Rusia anunció este miércoles su decisión de revocar la firma del Estatuto de Roma, que es la base legal que creó la Corte Penal Internacional (CPI), por lo que el país deja de estar bajo la jurisdicción del Tribunal de La Haya en caso de que esta entidad requiera juzgar crímenes cometidos de guerra por Rusia o ciudadanos de ese país. La medida entra en vigor esta misma jornada.

Putin ordenó "aceptar la propuesta del Ministerio de Justicia, consensuada con el Ministerio de Exteriores, el Tribunal Supremo, la Fiscalía General y el Comité de Instrucción para informar al secretario general de la ONU sobre la decisión de Rusia de no formar parte del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional”.

Entre las razones esgrimidas por Moscú se encuentra que el tribunal ha fracasado en hacer realidad las esperanzas de la comunidad internacional. Rusia había firmado en el año 2000 el Estatuto de Roma de la Corte, que fue instaurada para juzgar crímenes de guerra. Sin embargo, el país nunca ratificó su adhesión a la Corte, medida que también han tomado otros países como Estados Unidos, China, India e Israel.

Contra Rusia, contra EE. UU.

En su decreto, Putin ordenó a su ministro de Exteriores que informe de la decisión adoptada este miércoles al secretario general de Naciones Unidas. A comienzos de esta semana, la Corte había dado a conocer un comunicado donde señalaba que, desde su perspectiva, Rusia y Ucrania se encuentran involucrados en un conflicto armado, donde Crimea es considerado un territorio ocupado.

Este martes, la Fiscalía de la Corte había señalado también que había razones sólidas para creer que las fuerzas del ejército de Estados Unidos desplegadas en Afganistán podrían haber cometido crímenes de guerra relacionados con la tortura y otros tipo de maltratos en campos secretos de detención. Bajo la presidencia de George W. Bush, Estados Unidos se opuso al establecimiento de la CPI, del que no es miembro. 

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