La comunidad internacional, reunida en la COP25 de Madrid, se mostró el sábado más dividida que nunca, tras una noche de negociaciones para tratar de alcanzar un consenso sobre con qué urgencia y firmeza hacer frente al calentamiento global.

La ministra chilena de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, presentó por la mañana un nuevo borrador de acuerdo a los casi 200 países participantes. 

"La solución que proponemos es equilibrada en su conjunto", dijo.

Pero muchos países mostraron su oposición, entre ellos los miembros de la Unión Europea, Brasil, Arabia Saudita, Colombia, México, Argentina y Uruguay.

Ante la urgencia climática decretada por los científicos, la comunidad internacional está llamada en Madrid a mostrar su disposición a elevar la "ambición" en 2020, esto es, las metas de cada país de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

Los objetivos planteados en el Acuerdo de París en 2015 son insuficientes para conseguir limitar el calentamiento a +1,5 ºC, un umbral que según los científicos permitiría contener sus efectos devastadores.

Pero el borrador del acuerdo no refleja esa necesidad de reforzar los objetivos de reducción de emisiones en 2020.

"Es imposible marcharse de esta COP sin un mensaje fuerte sobre la ambición", aseguró la Unión Europea.

También los países insulares y más vulnerables al cambio climático denunciaron que "en vez de avanzar", la comunidad internacional esté "dando un paso atrás".

Según David Waskow, experto en negociaciones climáticas del World Resources Institute, "si el texto es aceptado en el estado actual, la coalición de la baja ambición habrá ganado"

Por su parte, México, Argentina y Uruguay denunciaron que en el borrador actual se retiraran referencias a la importancia de tener en cuenta los derechos humanos y los de los indígenas en la lucha contra el calentamiento.

Al ritmo actual, la temperatura mundial podría aumentar hasta 4 o 5 ºC a finales de siglo respecto a la era preindustrial y comprometer el futuro de las jóvenes generaciones.

Mientras la ONU estima que habría que reducir las emisiones en un 7,6% anual entre 2020 y 2030, estas siguieron aumentando en 2019 en el mundo.

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