La región japonesa de Okinawa suspendió el domingo el uso de la vacuna anticovid de Moderna tras detectarse nuevos lotes contaminados del fármaco, informó el gobierno local.

Esta decisión tuvo lugar al día siguiente que el ministerio japonés de Salud anunciara que estaba investigando la muerte de dos hombres que habían sido vacunados con viales de Moderna procedentes de los 1,63 millones de dosis que contenían impurezas en algunos frascos.

La prefectura de Okinawa, en el sur, decidió el domingo "suspender el uso de las vacunas Moderna porque se detectaron sustancias extrañas en algunos" lotes, según un comunicado. 

Los lotes afectados por estas impurezas, detectados el sábado en Okinawa, son diferentes de los que se suspendieron anteriormente, según medios locales.

La víspera, el ministerio de Salud informó del fallecimiento, a principios de agosto, de dos hombres, de 30 y 38 años, que habían recibido una segunda dosis de Moderna procedente de uno de los tres lotes bloqueados el 26 de agosto por el gobierno.

Se abrió una investigación para determinar la causa de la muerte, aunque las autoridades precisaron que por ahora "el vínculo causa efecto con la vacunación se desconocía".

"Por el momento, no tenemos ninguna prueba de que estos decesos fueran causados por la vacuna Moderna, y es importante efectuar una investigación para determinar si hay una relación", declararon el sábado en un comunicado conjunto Moderna y Takeda, el laboratorio que la importa y distribuye en Japón.

La naturaleza de las partículas descubiertas en los viales, que fueron fabricados en Europa por la empresa española ROVI contratada por Moderna, todavía no ha trascendido.

Según informó el jueves el ministerio español de Salud, los únicos lotes de esta vacuna producidos en España y que contenían impurezas son los que Japón retiró.

"Tanto las autoridades japonesas como las españolas están evaluando el riesgo de la presencia de estas partículas y en función de estos análisis se tomarán las medidas necesarias", avanzó el ministerio español.

Las autoridades sanitarias españolas afirmaron asimismo que ROVI "está trabajando ya en la investigación de las causas de estos problemas de calidad", bajo la supervisión de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).

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