El color de sus ojos azules cambió a verde. Empezó a sentir dolores y la vista nublada. Dos meses después de que un médico estadounidense se recuperara del ébola, detectaron que tenía el virus en un ojo.

Ian Crozier, de 43 años, contrajo la enfermedad cuando trabajaba en un hospital en Sierra Leona y se recuperó de una infección severa que requirió de cuidados intensivos.

Los pacientes con ébola generalmente son declarados libres de la enfermedad después de que las pruebas muestran que el virus no está presente en la sangre. En ese momento se considera que el virus ya no puede ser transmitido a otras personas.

Pero después de ser dado de alta empezó a sentir una sensación de picor en los ojos y comenzó a tener la visión borrosa.

Las pruebas mostraron que en el fluido de su ojo izquierdo tenía el virus el Ébola vivo.

Los doctores indicaron que tenía una inflamación extendida que podía provocarle ceguera.

Después de tres meses de tratamiento con esteroides y medicamentos antivirales su visión comenzó a mejorar.

Los expertos creen que la resistencia del virus en los ojos se debe a la capacidad de este órgano de tolerar ciertos patógenos una vez que entra entre sus paredes.

Los científicos que analizaron el caso indicaron que la infección en el ojo del médico estadounidense no presenta un riesgo para el público.

No obstante, señalan en la revista New England Journal of Medicine que se necesita más investigación para saber si el virus del Ébola puede permanecer en otras partes del cuerpo.

Reservas del virus

Algunos expertos habían sugerido que el virus puede vivir en determinados fluidos corporales y que ciertas partes del cuerpo podrían actuar como depósitos, donde anide el virus.

Ahora un equipo, que incluye científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Emory, en Atlanta (EE.UU.), donde fue tratado Crozier, indicaron que el virus del Ébola puede resistir en los ojos y provocar daños mayores.

Los médicos sugieren que es necesario hacer más estudios para detectar la presencia del virus en otros sitios "inmunes privilegiados", como el sistema nervioso central, los testículos y el cartílago.

"Este es un caso notable que demuestra que el virus puede mantenerse viable en los fluidos oculares mucho después de que el paciente se haya recuperado de la infección sistémica", indicó el doctor Russell Van Gelder, de la Academia Estadounidense de Oftalmología.

Los médicos que trabajan sobre el terreno en los países más afectados están pidiendo más ayuda para tratar a los supervivientes puesto que se están reportando problemas de vista, entre otras dificultades.

Pero los médicos especialistas en la vista escasean en Sierra Leona, Guinea y Liberia.

"Si la epidemia de ébola continúa, oftalmólogos de todo el mundo verán casos de pacientes con uveítis (inflamación de una membrana del ojo). Será necesario que reconozcan esta condición para tratarla", advirtió el doctor Van Gelder.

No obstante, enfatizó que "por lo que sabemos hasta ahora, el virus del Ébola no se transmite por contacto casual".

"El estudio no sugiere que la enfermedad pueda transmitirse a través del contacto con lágrimas de los pacientes que se han recuperado de la infección inicial", subrayó.

El ébola es una enfermedad que se transmite por un virus que se contagia por el contacto directo con los fluidos corporales como la sangre y las mucosas. Causa fiebres altas y hemorragias internas que pueden dañar los órganos vitales y causar la muerte.

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