Todavía resulta un poco irreal para Samantha Sacramento. Desde hace unos días y después de un año, ya casi en ningún sitio hay que llevar mascarilla en Gibraltar. "Te sientes como si se te hubiera olvidado algo o como si estuvieras haciendo algo mal", dice la ministro de Salud del territorio británico de ultramar, ubicado en el sur de España.

También se ha levantado el toque de queda. Los bares y restaurantes ahora abren de nuevo hasta las 2:00 a.m., como antes de la pandemia. Los vecinos se sienten aliviados. "Quizás pronto podamos vivir como antes", dice una mesera a la televisión española.

Un fuerte contraste con el resto de Europa, donde muchos países viven ahora encerrados nuevamente debido al rápido aumento del número de infecciones.

El programa de vacunación más rápido de Europa

Sacramento cree que el hecho de que Gibraltar vuelva a la normalidad no solo es posible por las medidas, sino sobre todo por el programa de vacunación. Casi todos los aproximadamente 34.000 residentes están ya vacunados, e incluso una gran parte de los aproximadamente 10.000 españoles que trabajan en Gibraltar y lo visitan diariamente.

Como anunció el ministro británico de Salud, Matt Hancock, Gibraltar podría ser el primer territorio del mundo en completar todo su programa de vacunación. Y en Europa quizás también el que tenga el programa de vacunación más rápido. El factor decisivo fue su tamaño. Y que no hubo retrasos en las entregas. Reino Unido suministró la vacuna sin demora.

Una debería estar agradecida, dice Sacramento. Porque el territorio británico de ultramar también ha vivido horas difíciles. Después de que la pandemia fuera relativamente leve hasta finales del año pasado, aparecieron las variantes del virus. Y con ellas, las primeras muertes. Un total de 94 gibraltareños han muerto hasta ahora a causa del coronavirus o mientras estaban infectados. Una cifra elevada, teniendo en cuenta el reducido número de habitantes.

Actualmente, en el hospital local de St. Bernard no se han tenido que atender nuevos pacientes con COVID-19. "No hemos tenido ningún caso positivo desde hace unos días. Esa es una señal increíblemente buena", expresa Sacramento.

Justo al lado, en Andalucía, España, todavía están muy lejos de este objetivo. La región vive una nueva oleada de casos. Tras un breve descanso, los hospitales vuelven a estar llenos.

No obstante, la andaluza Lourdes Gámiz se alegra de que los gibraltareños se muevan por la vida un poco más despreocupados. Le da esperanza. Al mismo tiempo, por supuesto que también se siente celosa. La jubilada de 63 años y su marido llevan muchos meses viviendo recluidos en el campo, cerca de Granada, para evitar el contagio. Aunque muchas tiendas y restaurantes en España están abiertos, aunque sujetos a restricciones y toques de queda, el gobierno acaba de ampliar nuevamente la obligatoriedad de usar mascarilla. Ahora incluso se aplica al tomar el sol en la playa.

Anhelo de normalidad

Para Gámiz llevar mascarilla ya es insoportable. "Simplemente volver a salir tranquilamente con quien se quiera, ver la familia o a los amigos. Acercarse a la gente", añora. "En España, y sobre todo en Andalucía, nos gusta juntarnos y somos muy sociables. Es desesperante", agrega.

La mujer espera con ansia su turno para la vacunación. Pero eso podría tardarse. Los españoles mayores de 80 años, así como el personal de salud y los profesores, están siendo ahora vacunados a gran escala. Pero en general, solo alrededor de 6% de la población se vacunó por completo. La lista de grupos prioritarios, los cuellos de botella en las entregas y la burocracia ponen a España y la UE en la retaguardia del plan de vacunación.

No obstante, la andaluza Lourdes Gámiz se alegra de que los gibraltareños se muevan por la vida un poco más despreocupados. Le da esperanza. Al mismo tiempo, por supuesto que también se siente celosa. La jubilada de 63 años y su marido llevan muchos meses viviendo recluidos en el campo, cerca de Granada, para evitar el contagio. Aunque muchas tiendas y restaurantes en España están abiertos, aunque sujetos a restricciones y toques de queda, el gobierno acaba de ampliar nuevamente la obligatoriedad de usar mascarilla. Ahora incluso se aplica al tomar el sol en la playa.

Gámiz se muestra escéptica sobre la propuesta de que 70% de la población española va a estar vacunada para finales del verano, como prometió el gobierno al inicio del programa de vacunación. La andaluza dice que dos de sus amigas ya fueron vacunadas. Pero no espera volver a la vida normal hasta el próximo año.

Incluso al otro lado de la valla, en Gibraltar, cuando se celebra un primer evento público, un combate de boxeo con 500 espectadores, se mantiene la cautela. Solo pudieron participar gibraltareños completamente vacunados. Además, se les hicieron test adicionales.

Gibraltar está reevaluando sus medidas de flexibilización cada semana. La mascarilla todavía debe usarse dentro de las tiendas. El gobierno quiere seguir actuando con precaución.

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