AFP

El Parlamento turco dio luz verde el sábado al proyecto de reforma constitucional que dará más poderes al presidente Recep Tayyip Erdogan, abriendo la vía a un referéndum sobre esta controvertida propuesta.

Erdogan considera que esta reforma, que podría servirle para permanecer en el poder hasta, al menos, 2029, es necesaria para garantizar la estabilidad de Turquía, confrontada a una oleada de atentados y dificultades económicas. 

Pero el texto provoca preocupación a la oposición y oenegés, que acusan al jefe del Estado turco de adoptar una deriva autoritaria, principalmente desde la intentona golpista del 15 de julio, a la que siguió una serie de vastas purgas. 

La reforma constitucional, compuesta de 18 artículos, daría poder al presidente para nombrar y revocar ministros, promulgar decretos y decretar el estado de emergencia. 

El texto obtuvo 339 votos, nueve más que la mayoría de tres quintos necesaria para que la reforma saliera adelante y sea sometida a un referéndum.

"Nuestra nación pronunciará la última palabra sobre el tema. Ella tiene la decisión final", dijo el primer ministro, Binali Yildirim, tras la votación. 

"Que nadie albergue ninguna duda, nuestra nación tomará (...) la más justa de las decisiones", agregó. 

La aprobación, que se selló a las cuatro de la madrugada del sábado, estuvo asentada en una alianza entre el partido oficialista de Erdogan, Partido de la Justicia y Desarrollo (AKP) y el partido de derecha Partido de Acción Nacionalista (MHP). 

"Más poderoso"

Para esta mayoría, la concentración de poderes es esencial para asegurar la estabilidad y poder permitir que las leyes del país estén en sintonía con sistemas como el estadounidense o el francés. 

Yildirim aseguró que el proyecto beneficiará a todos, ya que permitirá "ganar tiempo" a la hora de gobernar. 

"Cuando uno es más poderoso, puede abordar los problemas con más resolución", afirmó este viernes en una entrevista a la cadena de televisión pública TRT. 

Unos argumentos que no convencen a la oposición socialdemócrata y prokurda, que ven en el texto un símbolo del autoritarismo creciente del presidente turco. 

El examen del texto en el Parlamento dio lugar a riñas en el hemiciclo, donde un diputado acabó con la nariz rota y una diputada con discapacidad acabó en el suelo. 

En este contexto de polarización política, la campaña por el referéndum se anuncia particularmente tensa. 

Un asaltante abrió fuego el sábado contra la policía de Estambul, unas horas después de dos ataques con cohetes contra las fuerzas de seguridad y un local del AKP en la megalópolis turca. 

"Un suicidio"

Según la reforma, el presidente podrá ser elegido dos veces por cinco años y presentarse de nuevo si se convocan elecciones legislativas durante su segundo mandato. 

Si el contador de Erdogan, elegido en 2014 para la presidencia tras 12 años como jefe de gobierno, se pusiera a cero con la reforma -lo que todavía no está claro-, podría seguir en el poder hasta, al menos, 2029, pues los próximos comicios están previstos en noviembre de 2019.

Con el nuevo texto, desaparecería la función del primer ministro en beneficio de uno o varios vicepresidentes. El presidente también podría disolver el parlamento e intervenir en el ámbito judicial. 

"La separación de poderes quedará completamente abolida", criticó Metin Feyzioglu, presidente de la Unión de Abogados de Turquía. "Esta no es una reforma, es un suicidio, y el pueblo no va a suicidarse", aseguró. 

La directora para Turquía de la organización Human Rights Watch, Emma Sinclair-Webb, indicó a la AFP que esta reforma "concentra absolutamente todos los poderes en manos del presidente". 

"Bajo el estado de emergencia no existe la posibilidad de un debate público efectivo en los medios sobre los cambios que está siendo impulsados", agregó. 

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