Los primeros cientos de millones de dosis de vacunas contra el COVID-19 podrían estar disponibles hacia finales de año para ser aplicados a las personas más vulnerables, dijo este jueves la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La agencia de la ONU indicó que se está trabajando en esa perspectiva, con miras a lograr dos mil millones de dosis para el fin de 2021, pues se está dando una carrera contrarreloj de firmas farmacéuticas para encontrar la vacuna.

Sin embargo, según la industria farmacéutica el mundo requeriría dos dosis de vacuna por persona, es decir 15 mil millones, según cálculos.

¿POR QUÉ SE NECESITARÍAN DOS DOSIS?

El infectólogo de la Clínica Dávila Michel Serri explicó que las dosis de las vacunas, habitualmente, buscan dar una protección más prolongada en el tiempo.

“El que se requieran dos dosis de vacuna probablemente se debe a la inmunogenisidad, o sea, a la respuesta inmune que genera la vacuna. Muchas veces se requiere una segunda o una tercera dosis para poder prolongar esa respuesta inmune en el tiempo. Por lo tanto, si los primeros estudios han demostrado que se requiere una segunda dosis, es para poder dar una protección mejor, más potente y más prolongada en el tiempo”, dijo el especialista.

¿CUÁNTAS VACUNAS SERÍAN NECESARIAS?

Ante la gran demanda que existirá por la vacuna cuando esté lista y, por consiguiente, las altas dosis que se necesitarán, 15 mil millones según la OMS, el médico cree que es posible si se trabaja con un grupo elevado de laboratorios.

“Es difícil llegar a una cantidad de dosis así, pero si este es un estudio multicéntrico, un estudio donde varios laboratorios podrían desarrollar la vacuna, se podría llegar a tener una cantidad importante de vacunas, como ya ocurre con otras vacunas, como lo son sarampión, rubiola, que son dosis bastante altas porque está casi toda la población incorporada en el uso de esa vacuna”, explicó.

¿QUIÉNES DEBIERAN ACCEDER EN PRIMER LUGAR A LA VACUNA?

Para Serri, la vacuna debería llegar en primer lugar a los adultos mayores y todo paciente de riesgo, aunque el personal de salud también debería poder acceder a ella.

“En primera instancia la vacunación debería ser dirigida a los grupos de riesgo, eso quiere decir a los pacientes mayores de 60 años, pacientes con enfermedades crónicas, pacientes inmunosuprimidos. Probablemente uno también podría incluir a los pediátricos. En la embarazada es un poco más difícil porque, en general, el estudio requiere comprobar que no genere complicaciones en la embarazada”, comentó.

“El personal de salud también es un grupo que debería vacunarse porque es el que está más expuesto, y no solamente personal de salud de centros hospitalarios, sino que también los que atienden en hogares de ancianos, el que trabaja en consultorios o en tomas de muestras”, añadió.

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